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Mañanas sin estrés: qué hacer para que los chicos se despierten de buen humor

El colegio empieza muy temprano y las mañanas de muchas familias suelen ser a las corridas. ¿Cómo lograr mañanas sin estrés y por qué es tan importante hacerlo?

Cómo transcurrió la mañana determina, en gran medida, la manera en que afrontaremos el resto del día. Teniendo en cuenta esto es fundamental que, si la mayoría de las mañanas son caóticas, revisemos ciertos hábitos y cambiemos lo que haga falta para empezar de la mejor manera posible.

Es cierto que preparar a los chicos para el colegio por la mañana suele ser una tarea tediosa para muchas familias, donde el mal humor es el protagonista y termina convirtiendo el comienzo del día en un derrotero de apuros y berrinches, pero, modificar ciertas rutinas para lograr mañanas más tranquilas, termina siendo beneficioso en muchos sentidos.

 

Claves para mañanas sin estrés

 

- Primero es importante evaluar la cantidad de horas de sueño de los chicos. Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, los niños en edad escolar (de 6 a 12 años) necesitan de 9 a 12 horas de sueño por día, y los adolescentes, de 8 a 10 horas. Privarlos de dormir lo suficiente puede tener consecuencias negativas para su salud que van desde irritabilidad, problemas para concentrarse y dolores de cabeza, hasta hipertensión, obesidad y depresión. Por el contrario, los niños que duermen lo suficiente y bien tienen un sistema inmunológico más fuerte y un mejor comportamiento y rendimiento escolar.

- Otra pata fundamental es el desayuno, hábito muy beneficioso para grandes y chicos. Si pensar en un saludable desayuno en familia todas las mañanas suena poco realista, por lo menos hay que asegurarse de que en los días más caóticos los chicos salgan de casa con una “vianda exprés” que tenga alguna fruta en rodajas, pan tostado, yogur, etc., como para que coman algo antes de entrar al colegio.

- Dejar preparado lo máximo posible la noche anterior: la ropa que se van a poner, la mochila, adelantar algo del desayuno, preparar la vianda y algún snack saludable para el recreo son cosas que a la noche suelen hacerse más rápido y mejor que durante una mañana en apuros.

- El buen humor también es clave (y contagioso), así que despertarlos de buena manera, tranquilos, sin levantar la voz ni hostigarlos con tanta consigna junta como “levantate que se hace tarde, cambiate rápido, dale que no llegamos… ponete la campera, agarrá la mochila…”,  y dándoles un poco de tiempo para que, al menos, se desperecen ayuda a que toda la familia empiece su día de mejor ánimo. Además, un niño que se levanta a las apuradas y de mal humor, difícilmente quiera obedecer a lo que le pedimos.



- Levantarlos 10 minutos antes puede hacer la diferencia. Parece poco, pero esos minutos extra ayudan a cubrir imprevistos como olvidos de último momento, las llaves que no aparecen, etc.

- Otra cosa que puede ayudar es incorporar lo lúdico a las mañanas. Jugar, por ejemplo, a quién se viste más rápido es una manera de “apurarlos” si suelen tardar en vestirse, pero de una forma positiva.

- Por último, despedirse cuando salen de casa o bajan del auto en la puerta del colegio con un abrazo, un beso o, simplemente, agitando la mano con una sonrisa los hará sentirse bien y más motivados para empezar sus actividades.

 

Asesoró: Lic. Marisa Russomando,
autora de Rutinas desde los pañales

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