Monitoreo fetal

Brinda información referente a la vitalidad fetal, guardando relación con la oxigenación del feto. Se basa en la detección de los latidos cardíacos fetales y de las contracciones uterinas. Conocido también como NST (Non Stress Test), forma parte de la rutina de control del embarazo a partir de la semana 38 ó 39, aunque en embarazos patológicos puede efectuarse desde la semana 28 ó 32.

Su resultado reactivo es indicador de salud fetal, mientras que el resultado no reactivo no necesariamente implica enfermedad, por lo tanto se reitera. El monitoreo anteparto es, fundamentalmente, un método de diagnóstico de salud.

Los monitoreos fetales también se realizan durante el parto, para registrar la frecuencia cardíaca fetal asociada con contracciones durante el trabajo de parto, sea espontáneo o inducido. En este caso, es útil para determinar la adecuada oxigenación fetal, lo que nos permite proseguir el trabajo de parto con seguridad como para detectar precozmente el sufrimiento fetal agudo, y de ser necesario, realizar una cesárea.