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Niños con Altas Capacidades: ser diferente a los chicos de su edad

Es esperable que los padres celebren todos los logros y aprendizajes de sus hijos, e incluso crean que muchos son adelantados para la edad y en algunos casos, esta percepción es correcta.


Las Altas Capacidades (AC) son habilidades excepcionales, en una o más áreas del desarrollo, conocimiento, o más funciones cognitivas. 

Son esos chicos que tienen un rendimiento muy superior y destacable entre los niños de su misma edad. Esta capacidad es algo potencial, por lo tanto precisa de un acompañamiento adecuado para poder desarrollarse en todo su esplendor.
En el mundo, entre un 15% y un 18% de la población posee AC. Dentro de este grupo se encuentran los niños precoces, los talentosos y los superdotados.

Los precoces son los pueden alcanzar hitos antes de lo esperado en comparación con otros bebés o niños de la misma edad: como aquel que habla o camina tempranamente o que logra la lectoescritura de forma autónoma o con poca ayuda, etc.
Los talentosos son los que poseen una habilidad destacada en una o varias áreas específicas. El talento puede ser académico, motriz, musical, lingüístico, etc, e incluso combinar más de un área. 
Los superdotados son los que presentan, básicamente, una capacidad muy superior en relación a su grupo de edad, gran motivación por lo que le gusta y creatividad elevada. Logran combinar saberes de distintas áreas y utilizarlos en otras, y los interrelacionan entre sí.

Este potencial no siempre suele reflejarse en el ámbito académico, o cuando esperamos que el niño lo demuestre: Es decir que no todos los niños con altas capacidades son excelentes estudiantes, se destacan en todo, ni significa ser más inteligente que el resto: son niños con un gran potencial por desarrollar, que aprenden más rápido y en forma diferente ya sea tocando, investigando, leyendo, mirando, armando, desarmando, etc, en comparación con otros niños, siempre que estén motivados y sean entendidos en sus necesidades.

 

¿Por qué es necesario identificar a los niños con altas capacidades?
Los profesionales advierten sobre la importancia de la atención a las necesidades específicas de estos niños, ya que si esto no sucede, pueden manifestar problemas de salud, trastornos en su desarrollo, conducta y/o aprendizaje. Muchos de ellos padecen diariamente situaciones de violencia emocional (bullying, discriminación, angustia), e incluso física, como consecuencia de sentirse o ser vistos como “diferentes”.
Los varones suelen ser mayormente reactivos y confrontar la autoridad  (impuesta y si mediar explicación alguna) por padres y educadores, por lo que el diagnóstico por excelencia suele ser “falta de límites”. Tanto padres como docentes ajustan la puesta de límites, poniéndose aún más rígidos en lugar de flexibilizar y explicar los por qué. Así el niño se ve sometido a la insistencia en ser corregido en lugar de entendido, y comienza a recibir refuerzos negativos a sus comportamientos. Esto, lejos de resolver las situaciones cotidianas, solo logra ir cristalizando dichas conductas que se tornan aún más disruptivas llegando a inundar el ambiente familiar, social y escolar de situaciones agotadoras para niños y adultos.
La gran mayoría de las niñas suelen pasar desapercibidas. Prefieren encajar socialmente y guardar lo que saben o pueden, inclusive en su casa suelen desconocen sus habilidades. Copian equivocaciones de sus compañeritos, escriben o dibujan con los errores esperables para su edad, temiendo ser dejadas de lado si alguien descubre sus verdaderas habilidades.

En general se sienten “diferentes”, son mirados como niños problema o niñas que se aíslan, o que se interesan poco en las propuestas. Ante la necesidad de convocarlos incesantemente, se los cataloga como hiperactivos, con déficits atencional, problema de aprendizaje, incluso se llega a medicarlos.


¿Cómo reconocer a un bebé o niño con altas capacidades?

La falta de preparación sobre el tema, hace que aquellas señales que puedan observarse en bebes, niños en la primera infancia y en edad escolar, no sean tenidas en cuenta por pediatras o educadores, pensando que los papás sobreestimulan o exageran los hitos alcanzados por sus niños. La gran mayoría de los niños con alguna precocidad detectada en la primera infancia, suelen mantenerla si cuentan con un entorno respetuoso.

Algunas de las manifestaciones más comunes, aunque no las únicas, ni definitivas, son:

 Bebés
– Buen tono muscular para mantener erguida la cabeza con pocos días de vida.

– Motricidad gruesa avanzada que permite el gateo (4-6 meses) y la bipedestación (antes de los 12 meses),

– Dominio del lenguaje a edad temprana.

– Control de esfínteres alrededor de los 2 años (por propia motivación y no por intervención adulta).

– Resolución de rompecabezas de +20 piezas, reconocimiento de números, letras y a veces adquisición de la lectura y escritura entre los 2-3 años.

Más de 3 años

– Facilidad para memorizar y aprender rápidamente.

– Gran interés por conocer cosas nuevas.

– Creatividad e imaginación.

– Atención múltiple.

Niños en edad escolar (más de 6 años)

– Relaciones sociales con niños mayores y adultos, más fluída que con niños de su edad

– Habilidad de liderazgo, acciones para llamar la atención, preferencia por el juego solitario (en varones).

– Prefiere unirse al juego grupal antes que proponer su juego, esconde sus talentos, comportamiento socialmente aceptable (en niñas).

– Alta sensibilidad e incluso desajustes emocionales.

-  Aparentan mayor edad en un área pero en otra parecen más pequeños. (Dinsincronía) 

 

      Asesoró Laura Diz, Psicóloga Social – Estimuladora Temprana y Cognitiva especialista en Neuropsicología del aprendizaje

                                                                  Equipo de Orientación, Capacitación y Difusión 
                                                                  Embajadores ACI Argentina

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