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Otitis

Poco se sabe y mucho se habla de las infecciones en los oídos. Hay muchos mitos y muy pocas verdades que se dicen que las generan: el frío, el agua, las “bajas defensas”, la “falta de vitaminas.

Veamos algunos de los argumentos para explicar porque se producen, más aún si son reiterados.


¿Otitis interna o externa?


El oido está dividido en tres partes claramente diferentes: oído externo, medio e interno.  El externo es el “tunel” que va desde la oreja hasta el tímpano, está en contacto con el exterior y se protege del agua y de las partículas que le llegan a través del aire produciendo la tan conocida y poco valorada cera. La membrana timpánica separa herméticamente al oído externo del medio, es redondeada, de tonalidad plateada y estando sana brilla al ser iluminada con el otoscopio. Su función es vital, vibra al recibir las ondas sonoras del exterior y las transmite a unos diminutos huesos que están en el oído medio, que requiere de la presencia de aire para que el sonido se propague hasta llegar al oído interno y se transformará en  impulsos bioeléctricos, que finalmente captará el cerebro.


“Lloró toda la noche, debe ser el oído”


La otitis externa  suele ser mas frecuente en  verano por el contacto con el agua, en las piletas de natación (con el cloro irritante ), del río o del mar. Afecta generalmente a chicos grandes y es una infección de la piel del conducto con mucho dolor al mover la oreja, sin fiebre y con muy buen estado general del chico. Se cura aplicando  gotas con antibióticos y corticoides y evitando el contacto con el agua (tapones).
La otitis media aguda, es la más común y la más conocida.  Afecta especialmente a bebés y a chicos hasta los 2 – 3 años y se presenta casi siempre con la presencia de mocos espesos, que llegan desde la nariz hasta el oído medio, se genera así un “caldo de cultivo” que da lugar al pus (en algunas ocasiones puede aparecer en el conducto externo luego de “perforarse” el tímpano). Existe mucho dolor e irritabilidad, sobre todo de noche, con gran decaimiento y fiebre. Por tratarse de un cuadro bacteriano la respuesta a los antibióticos es “casi mágica”.
La inflamación del oído interno es muy rara afectando a chicos más grandes y puede producir un cuadro vertiginoso con alteraciones en el equilibrio.


Ya va la tercera otitis en 2 meses


Suele ocurrir que la otitis media aguda se repite en lapsos de corto de tiempo. No debe alarmarnos,  no suele ocurrir por desabrigar al chico, ni por “ presentar un déficit en la inmunidad”, ni por “fallas  en la curación” de cada episodio previo.  Las reales causas pueden ser variadas: por primera experiencia en la guardería o jardín (múltiples contactos virales), probable base alérgica (con gran producción de mocos), hipertrofia adenoidea (“vegetaciones o carnes crecidas”), trompas de Eustaquio (ventilan internamente el oído medio) muy angostas y fácilmente colapsables por la mucosidad.
En cada chico se debe analizar detenidamente la causa más probable y cuál es el tratamiento para resolver el problema.


Hay que consultar lo antes posible


De todo lo dicho anteriormente, se desprenden los siguientes consejos:
• Consultar siempre frente a la aparición de alguno de los síntomas mencionados,  sobre todo el dolor de oído de cierta intensidad y persistencia. Siempre es mejor que una  otitis media se cure con tratamiento antibiótico (resolución total) a que lo haga por sí sola  (curación parcial y posible recaída).
• Cumplir las indicaciones medicas “tal cual fueron dadas” (horarios del antibiótico,  dosis, etc) se trata de una infección de cierta importancia.
• En el caso de recurrencias, consultar inicialmente al Pediatra, quien según su criterio, decidirá  la conducta más adecuada a tomar (da antibióticos en forma contínua – vacuna antigripal –  interconsulta al Otorrinolaringologo, entre otras.)

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