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Piercings y tatuajes: adornos que tienen su riesgo

¿Qué hacer si nuestros hijos quieren hacerse un piercing o un tatuaje? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de dibujarse el cuerpo o hacerse un piercing?

La costumbre milenaria de adornarse el cuerpo hoy se traduce en piercings y tatuajes que empiezan a habitar el cuerpo cerca de la adolescencia, aunque no son pocos los adultos que deciden incursionar en estas técnicas aunque la adolescencia haya quedado muy atrás.

En primer lugar, hay que señalar que los aritos que se le ponen a las bebas son tan “piercings” como el que la adolescente quiere hacerse en el ombligo: ambos son perforaciones con fines estéticos que, sin embargo, son juzgadas de maneras muy diferentes por la sociedad. El maquillaje, por su parte, se diferencia del tatuaje solo por el hecho de ser temporario, aunque ahora se están usando técnicas de “maquillaje permanente” que no son más que tatuajes para resaltar labios, ojos, cejas, etc.

Como adultos, es importante que tengamos esto en mente antes de juzgar el pedido de un adolescente.

Ahora, ¿qué hacer, como padres, cuando nuestros hijos plantean –con suerte, si no es que ya lo traen hecho- que desean hacerse un piercing o un tatuaje?

No enojarse ni cerrar el diálogo con un “no” rotundo: pedirles un tiempo para hablar y reflexionar juntos acerca de los cuidados previos, la correcta aplicación y las posibles complicaciones. También sobre la irreversibilidad de estas decoraciones: muchas veces las perforaciones no vuelven a cerrarse y los tatuajes pueden sacarse con láser pero la piel no queda perfecta y el procedimiento es mucho más difícil y doloroso que el que se usa para colocarlos. Acordar una consulta previa con el médico clínico. Conversar sobre el impacto en lo social y en lo laboral que pueden tener las perforaciones y los tatuajes, el lugar en el cual se realizará, el tamaño y el motivo elegido.

Antes de hacerse un piercing o un tatuaje: controlar las vacunas contra la Hepatitis B y el Tétanos.

Joyas, tintas y agujas: conviene que la “joya” sea de oro, plata, platino o de acero quirúrgico, para evitar reacciones inflamatorias e infecciosas locales. Las tintas de los tatuajes deben ser de buena calidad y todo el material a utilizar debe ser descartable.

Dónde hacerse un piercing o un tatuaje: es fundamental buscar a la persona indicada, es decir, que esté entrenada y que tenga los recaudos de asepsia que corresponde. Controlar siempre que el lugar esté habilitado.

Cuidados a tener en cuenta: No es aconsejable realizarse un piercing en verano ni en personas que presenten acné, ya que esto aumenta el riesgo de infección. También hay que tener en cuenta que hay sitios de mayor riesgo que otros: los lóbulos de las orejas son menos peligrosos, mientras que los genitales, por ejemplo, son mucho más delicados además de que después hay más probabilidades de que se rompa el preservativo durante las relaciones sexuales.


Posibles complicaciones


Tanto en el caso de los tatuajes como de los piercings, es posible el contagio de enfermedades infecciosas como Hepatitis B y C, Tétanos y otras varias producidos por gérmenes patógenos de la piel mal esterilizada. En el caso del VIH, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los tatuajes y perforaciones en la piel presentan un posible riesgo de transmisión, pero no se han documentado casos de transmisión del VIH por estas actividades. De todas maneras, es importante asegurarse de que solo se usan agujas, tinta y demás suministros nuevos y de que la persona que realiza el procedimiento tenga la licencia correspondiente.

Cualquier sitio de la piel que se perfore o tatúe, corre el riesgo de inflamación, infección o sangrado.

Los sitios que se infectan con mayor frecuencia son el ombligo y el cartílago de la oreja, por la pobre irrigación, la humedad de la piel y el roce continuo con el pelo o con la ropa (ya sea oreja u ombligo respectivamente).

La lengua, cejas, ombligo, pezones, labios y genitales, están realmente expuestas a traumatismos constantes, por roce, tracción o por enganche. El sangrado es más habitual en la perforación de la lengua.

Las reacciones alérgicas al material perforante y las malas cicatrizaciones también son complicaciones posibles.

Las perforaciones en el pezón pueden producir mastitis e hiperprolactinemia (mayor concentración de una hormona productora de leche). Las genitales, tanto en la mujer como en el varón, favorecen las infecciones locales a repetición, traumatismos de uretra e incluso estenosis uretral (un estrechamiento anormal de la uretra, el conducto que lleva la orina fuera del cuerpo desde la vejiga).

Las complicaciones de los tatuajes también pueden incluir reacciones alérgicas a las sustancias que se utilizan: rojo (mercurio), verde (cromo), amarillo (cadmio), azul (cobalto) y también por henna así como cicatrices y verrugas en el lugar del tatuaje.

Después de hacerse un piercing o un tatuaje: no usar pomadas con antibióticos, ya que no permiten que el aire llegue a la perforación. No usar alcohol, ni agua oxigenada. Lavar la zona solo con agua y jabón.

Cuidar la salud de los hijos y ayudarlos a tener una autonomía responsable sobre sus cuerpos es una de las tareas ineludibles de los padres.

Adolescentes Psicologia, educación y familia

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