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Prevención y cuidado de pezones lastimados

Amamantar debería ser una experiencia confortable y agradable. Sin embargo, en muchos casos puede producir molestias que se pueden prevenir o aliviar siguiendo estos consejos.

Prevención de las molestias o heridas en el pezón


El dolor o las molestias pueden comenzar porque el bebé no está del todo bien prendido o también porque está mucho, mucho tiempo en la teta (mucho significa más de una hora).

Para prevenirlo, es importante:

  • Verificar que el bebé se prenda bien al pecho. El bebé debe tomar la areola (parte oscura del pecho) al mamar, procurando que el pezón quede centrado dentro de su boca. Esto se consigue sosteniéndolo muy cerca del cuerpo, con su pancita tocando la tuya, de manera que su cabeza y su cuerpo queden alineados y no tenga que girar el cuello para mamar.
  • Alternar las posiciones en las diferentes mamadas ya que así se vacían completamente los pechos y se previenen las retenciones localizadas de leche y grietas del pezón.
  • Retirar al bebé del pecho ayudándolo a abrir naturalmente los labios -colocando un dedo en la comisura de su boca- y separarlo lentamente del pecho.
  • Darle de mamar muy seguido (aproximadamente 10 mamadas diarias o más).
  • Al terminar de amamantar, ponerle a los pezones la propia leche o calostro porque esto los mantiene lubricados. También se puede utilizar cualquier tipo de aceite de cocina o crema de caléndula.
  • Si los pechos en un principio están muy cargados o duros, masajearlos y hacerles baños tibios.
  • Usar un corpiño adecuado para que los pechos no estén apretados.
  • No es conveniente lavar los pezones con jabón, sino simplemente con agua. Tampoco es recomendable utilizar esponjas, cepillos u otro tipo de elementos abrasivos que quiten la grasa protectora natural que tienen los pezones.

 

Para pezones doloridos o sensibles, se recomienda

 

Aire: los pezones deben estar siempre secos, y en la medida de lo posible, expuestos al aire. Después de dar de mamar quedan mojados, para secarlos se puede utilizar un secador de pelo o apantallar. Para que estén al aire se pueden agujerear las tazas del corpiño (o bajar la tapa del corpiño de amamantar) o utilizar escudos o casquillos aireadores de los pezones, que alejan la mama del corpiño y permiten que la piel respire.

Leche: la leche materna también tiene propiedades cicatrizantes y antibacterianas. Puede colocarse una gota en cada pezón y secar apantallando. Repetir varias veces al día (especialmente cuando los pechos pierden gotas de leche).

Sol: conviene tomar sol directamente en los pezones (agujerando una prenda que ya no se use a la altura de los pezones) 15 minutos por la mañana y 15 minutos por la tarde. Para mayor seguridad, los horarios de exposición recomendados son de 9 a 10hs y de 17 a 18hs. El sol fortalece la piel y ayuda a cicatrizar las grietas.

Crema: se recomienda utilizar crema de caléndula para hidratar los pezones naturalmente, o para ayudar en la cicatrización de la piel. Conviene colocarse un poco en cada pezón después de cada mamada.

Correcta posición de prendida al pecho: otro factor importante para la prevención o alivio de las grietas del pezón es una buena posición de prendida al pecho. Los labios del bebé deben quedar paralelos a la herida o a la grieta en el pezón, para que la cierre al mamar. Conviene probar distintas posiciones para lograrlo (posición inversa o acostada).

Extraerse leche: si los pechos en un principio están muy cargados o duros, masajearlos y extraerse un poco de leche con la mano.

Para tener en cuenta: existe un tipo de grieta que tarda en curar, la cual puede derivar del muguet (hongo común en la boca de muchos lactantes). En este caso, se debe consultar al médico pediatra para iniciar un tratamiento tanto en la boca del bebé como en el pezón. No utilizar crema de caléndula hasta terminar el tratamiento.

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