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Problemas de comunicación en la pareja

Una de las razones más comunes de las crisis de pareja suele ser la falta de comunicación. El poco diálogo sumado a otros factores genera la sensación de que ya no hay vuelta atrás. Sin embargo, hay que saber que cuando algo así ocurre, es posible solucionarlo.

Con frecuencia, los miembros de una pareja se quejan por la falta (o la pérdida del hábito) de comunicación entre ellos. Comunicarnos con nuestra pareja exige habilidades de las que a veces carecemos. ¿Por qué se vuelve tan complicado hablar y entendernos?

Algunos incluso cuentan que cuando se sientan a cenar prácticamente no conversan; ellos mismos saben que esto no fue siempre igual. Y con nostalgia recuerdan: “Era maravilloso escucharlo y que me escuche”.


¿Cómo elegimos al otro?


Elegir la pareja adecuada es una cuestión que nos mantiene ocupadas mucho tiempo, con un gasto de energía increíble, ante los posibles candidatos, tratando de imaginar con cada nueva persona con la que salimos cómo podría ser como pareja. Y lo que buscamos en el otro es un misterio, porque lo hacemos desde el inconsciente. Nos apasionamos por una persona y a veces el tiempo se encarga de mostrarnos la otra cara de la verdad. Cuando esto sucede, nos ilusionamos con la esperanza de que nuestro amoroso embrujo cambiará la conducta del ser amado. Y con mucha frecuencia nos daremos cuenta de que es imposible.


Las interferencias internas y externas


Las dificultades para comunicarnos las encontramos todo el tiempo, pueden suceder muchas cosas que cambien las formas de dirigirnos al otro. La tele, Internet, los gastos, los hijos, están transformándose continuamente y pueden también llegar a nosotros de forma que generen divergencias donde antes había armonía y coincidencias.

Ni siquiera nosotros somos los mismos, sino que los procesos de maduración y la edad nos van cambiando sin que nos demos cuenta. Y claro, no le anunciamos a nuestro compañero que estamos pensando diferente que hace 10 años atrás.


Cuando el error es marcar el error…


Lo que ciertamente produce el cortocircuito es la postura crítica desde el enojo y la repartija de culpas. Marcar el error en el otro, solo aumentará la resistencia a una escucha activa.

La incongruencia o paradoja en el mensaje puede ser causa de grandes problemas. Por ejemplo, lanzamos el “sé espontáneo”, “sé sincero”; “yo quiero que mi marido me haga un regalo, pero porque él quiere, no porque yo se lo pido”. En el momento en que el marido aparece con un regalo, la esposa se siente desdichada porque no puede saber si el regalo él lo hizo porque quiso o porque ella lo pidió, pero si el marido no aparece con un regalo, porque aún no quiso, ella también se siente desdichada porque él no quiere hacerle un regalo: “pierde si lo hace – pierde si no lo hace”.


Vivir a mil


Distintos códigos de comunicación entre el hombre y la mujer facilitan la mala o la  falta de comunicación en la pareja, creando malentendidos, y no se encuentra el tiempo necesario para sentarse con calma y dialogar. Se vive muy aprisa, cada minuto cuenta, lo mismo que en la televisión o Internet, maravillosas fuentes de información, pero que no nos dicen cómo hacer para que el otro escuche. En cambio nos venden un producto tras otro, que genera frustración en las economías caseras y malestar en la pareja.

Todo está en permanente cambio, transformándose continuamente y estos cambios rápidos pueden también llegar a nosotros de forma que generen divergencias donde antes había armonía y coincidencias.


Cómo recuperar el equilibrio


Es muy posible entonces que la vida de la pareja se vea convulsionada por diversas crisis en las que se pone a prueba la capacidad de entender qué está sucediendo. Pero si somos capaces de elegir las herramientas adecuadas, podremos encontrar un nuevo equilibrio. Dar vuelta la página y comenzar un capítulo diferente.

No es que de la mañana a la noche se resuelva el problema: hay que tener tolerancia, ser asertivos, tener paciencia y mucho humor. Una manera es hacer saber al otro que una está bien dispuesta, que a veces tenemos días complicados donde todo parece fuera de control. Producir diálogos generativos de búsqueda conjunta de una nueva visión, porque el tiempo pasa y nada es para siempre.

Y si aún así no funciona, haciendo un click, enviando un mail, por sms o un llamado telefónico. También buscando ayuda profesional: es fácil y solo traerá beneficios.



Asesoró: Lic. Débora Bottwin, Psicoanalista de la Fundación Buenos Aires