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¿Qué es el colecho?

¿Es bueno que los chicos duerman en la cama de sus padres? ¿Hasta qué edad pueden dormir con sus padres? ¿Qué pasa con la intimidad de la pareja?

La definición de colecho resulta algo ambigua: algunos se refieren exclusivamente a dormir en la cama de los padres, mientras que otros incluyen el dormir en la misma habitación pero en otra cama o cuna. Lo cierto es que muchos padres se preguntan si es bueno que los niños duerman en la misma cama pero, ¿qué quiere decir "bueno"? No estamos hablando de una cuestión ética. Simplemente, quien quiere hacerlo, debería hacerlo y quien no quiere, no.

En nuestra sociedad, probablemente son pocos los padres que toman la decisión, a priori, de dormir con sus hijos. Casi todos intentan, al principio, poner al bebé en su cunita, pero luego muchos acaban durmiendo en la misma cama porque ven que así duermen todos mejor.

Los padres tienen el derecho de dormir en la forma que les sea más cómoda, que mejor les funcione. Hay tres lugares básicos donde puede dormir un niño: en la cama de los padres, en la habitación de los padres pero en otra cama, o en otra habitación. Y estas tres formas se combinan de mil maneras: empieza en la cuna y cuando se despierta te lo pasas a la cama, empieza en la cama y cuando se duerme lo pasas a la cuna, empieza en otra habitación y cuando llora lo vas a buscar, o le haces compañía hasta que se vuelve a dormir... Los padres son libres para elegir, para intentar cosas distintas, para cambiar cuando ven que un método ya no funciona tan bien como antes.  

Entre algunos de los beneficios del colecho se encuentran que: 

  • Facilita la lactancia, lo que no significa que la favorece. Practican más el colecho las madres que dan el pecho, pero probablemente no es que el colecho favorece la lactancia, sino que la lactancia favorece el colecho: para la madre es más cómodo.
  • Disminuye el riesgo de muerte súbita, en cuanto a que dormir en una misma habitación hace que sea más seguro, ya que por motivos exclusivamente médicos, se recomienda que los bebés duerman en la habitación de los padres al menos hasta los seis meses.
  • Es más práctico para todos, el bebé y los padres porque los niños pequeños se despiertan varias veces cada noche, tanto si duermen solos como si están acompañados. La diferencia es que, con el colecho, es más fácil, rápido y cómodo volverlos a dormir. Son los padres los que suelen dormir mejor con el colecho.

Planteado el tema del colecho, uno de los grandes interrogantes es: ¿hasta qué edad les dejamos en la cama? Y lo cierto es que la respuesta es muy simple: hasta que queramos. Hasta que quiera el niño, o hasta que quieran los padres.

Por supuesto, es difícil que tres o más personas quieran exactamente lo mismo: a veces el niño se quiere ir y sus padres le echan de menos, a veces el niño se quiere quedar y sus padres encuentran que están un poco estrechos en la cama, a veces el padre quiere seguir durmiendo con su hijo y la madre opina que ya tiene edad de dormir solito. Alguien tendrá que ceder. O se hace lo que quiere la madre, o se hace lo que quiere el padre, o se hace lo que quiere el niño. Lo que es absurdo es que hacer lo que no quiere ninguno de los tres, sacrificarse todos para hacer lo que dice el pediatra, la abuela o el libro.

 

Normas de seguridad para quienes practican el colecho

 

  • No fumar.
  • No tomar somníferos.
  • No estar bajo los efectos del alcohol.
  • No practicar el colecho con un adulto con obesidad mórbida.
  • No practicar el colecho con un adulto muy agotado (que la noche anterior durmió menos de 4 horas).
  • Evitar colchones demasiado blandos, como los de agua.
  • Vigilar que no haya zonas peligrosas: 

 1. Podría caer de una cama alta: quitarle las patas a la cama, o poner un colchón en el suelo.

 2. Podría atraparse la cabeza entre los barrotes, si la separación es la adecuada: se puede forrar con una tela el cabezal de la cama para que no pueda meter la cabeza.

 3. Podría quedar atrapado entre el colchón y la pared: no tener la cama pegada a la pared.

 4. Si hay un hermano mayor, la madre debe estar entre el recién nacido y el hermano.

 5. Evitar edredones y mantas pesadas. Si hace frío, mejor pijamas de franela para todos y sólo un cobertor ligero.

 6. El bebé no debe tener la cabeza bajo las mantas.

Como se comprenderá, la mayor parte de estas normas se refieren sobre todo a los primeros meses.

 

La sexualidad de la pareja y el colecho

 

Tener un hijo pequeño dificulta el asunto del sexo, pero no tanto como ir al teatro, invitar amigos a cenar o ver el fútbol o la película de la televisión. Por no hablar de tener que madrugar al día siguiente.

Una vez que tienes un hijo pequeño, para tener relaciones sexuales hay que esperar a que se duerma (o bien dejarlo al cuidado de otra persona). Una vez el niño está dormido, puedes sacarlo de la cama, si estorba. Normalmente es más prudente tenerlo en la misma habitación, porque lo tienes más vigilado. Es decir, si está en otra habitación puede despertarse igual, pero no te darás cuenta de que está empezando a despertarse, sino que te enterarás cuando empiece a llorar fuerte. Y si tiene un par de añitos, hasta puede ser que venga caminando sin hacer ruido y entre en la habitación por sorpresa.
 

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