Pasar al contenido principal

¿Qué es el puerperio?

El puerperio es comúnmente llamado a la etapa que abarca desde el momento del parto hasta al menos dos meses posteriores al nacimiento del hijo.
Si bien este tiempo es relativo a veces comúnmente se lo asocia a un lapso acotado a los cuarenta días posteriores al alumbramiento (conocido como cuarentena). Este mito está más vinculado a las recuperación física de los órganos genitales de la mujer, (ahora convertida en madre,), más que al aspecto afectivo y social.

Por eso es imprescindible no regirse sólo por las tablas estadísticas.

Cada mujer puérpera es única y vive de manera diferente este periodo, pero, las características más comunes son el cansancio, la debilidad física, producto o del gran esfuerzo realizado en el parto, como así de las tantas horas sin dormir posteriores al nacimiento de su bebé.

Influye en el estado de ánimo el tipo de parto que fue experimentado. Si fue por vía vaginal, o por cesárea. Si se tuvo que realizar episiotomía o no.

También influye bajo que condiciones fue vivido todo el proceso pre-parto. Si acompañada, o sola, tranquila y controlada, o con mucho dolor y /o temor.

En definitiva cómo se preparó para vivir ese momento.

La ansiedad, y a veces sentimientos contradictorios de felicidad y tristeza, también son comunes, dado que es una situación nueva y como tal produce a veces miedo e inseguridad.

Estas sensaciones son esperables y normales en la medida que no impidan el cuidado adecuado del bebe y de sí misma y pueda tener un lugar y alguien con quien compartirlas y expresarse.

A veces las mujeres que atraviesan este período, de estreno del rol de mamás, se sienten culpables de sentirse así, y se aíslan, en vez de permitir que su entorno las pueda cuidar y acompañar en lo que necesiten

Sienten que pueden y deben poder solas hacerse cargo de su bebé y a la vez se sienten incapaces de darle “todo lo que su bebé demanda y/o necesita.”
Por eso lo más importante para atravesar esta etapa transitoria es comprender que es esperable que a veces se sientan así, que puede suceder y que va a pasar.

Que estos sentimientos no la hacen menos madre o una mala madre para sus bebes.” Que a ser mama y criar se aprende y lleva su tiempo”

Que si sienten alguno de estos afectos, no se asusten, no se preocupen., pero lo tomen en cuenta para hacer algo diferente para sentirse mejor.

¿Qué es bueno saber y que se puede hacer?

Que se conecten con su bebe, “entren en fusión” que es el antídoto natural para superar de a poco la tristeza que a veces se siente.

Que todo el nivel hormonal del cuerpo femenino, cae abruptamente y produce e incrementa los síntomas descriptos.

El amamantamiento, si se puede realizar es la manera ideal de lograr este maravilloso encuentro con el bebé, como así acunarlo, cantarle, y fundamentalmente sostenerlo a upa.

Dormir algunas horas seguidas para recuperarse y para eso es imprescindible delegar en una persona de confianza el cuidado del pequeño. Si esto no es posible, dormir a la par del bebé aprovechando los momentos que él descansa y adaptando nuestro descanso a su ritmo.

Lo demás…puede esperar.

Todos estos son algunos recursos aconsejables para poco a poco ir retomando la vida cotidiana con más normalidad, sin presiones.

Los hábitos y rutinas van a cambiar, ya nos son más dos, sino tres o más y no es sencillo y rápido aceptarlo y adaptarse.

Por eso, no exigirse más de lo que se puede.

Si bien en este primer momento asaltarán dudas, temores, información variada del entorno familiar que puede confundir, lo más importante es:
Darle prioridad a la propia intuición, confianza en sí misma y al sentido común. Esto permitirá responder a lo que el bebe necesita en cada momento. El a su manera se va haciendo entender, sólo la mamá, que es su mejor intérprete, podrá sentir mejor que nadie, lo que necesita, estar atenta y disponible y responder a sus reclamos vitales.

Pero si estos síntomas antes descriptos de tristeza y ansiedad, se incrementan en vez de ir atenuándose, si la mamá no logra recuperase del estrés vivido en los primeros tiempos, y permanece en un estado de abatimiento y sin fuerzas, puede ser una señal de una posible depresión posparto.

Las características principales pueden ser:

  • Llanto excesivo,
  • Sentimientos de incapacidad frente al bebé y los cuidados que necesita.
  • Sentimientos acentuados de culpa frente a esa supuesta incapacidad que permanecen.

Y si bien sigue haciendo las tareas del hogar y el cuidado del bebe, éstas, le demandan un esfuerzo excesivo y un gran monto de ansiedad.

Incluso la sexualidad puede ser vivida como una exigencia suponiendo que lo antes posible debe retomar sus relaciones sexuales cuando lo maravilloso de esta etapa es poder vivirla de otra manera, transformada en caricias o masajes, miradas mimos verbales y gestos que puedan revitalizarla y a la vez le den energía para sostener a su bebé.

No siempre pueden registrar estos sentimientos concientemente, reconocer que no pueden solas y pedir ayuda o mimos.

Por eso es fundamental ante todo:

Favorecer la creación de redes de apoyo presencia y contención alrededor de la reciente mamá para poder cuidarla y sostenerla, para que a su vez ella pueda dedicarse al cuidado exclusivo de su bebe que es quien más la necesita.

Este rol lo ideal es que lo pueda cumplir el papá, y el núcleo familiar cercano, en su ausencia.

Pero una buena amiga o vecina, siempre, y con aviso, serán bienvenidas y harán entre todos, de estos primeros momentos de la nueva maternidad, una vivencia inolvidable.

Hasta la próxima!

Postparto y puerperio