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¿A qué puedo jugar con mi hijo de 5 años?

Si te da la impresión de que tu hijo solo se entusiasma con las consolas de videojuegos, el celular “prestado” y la televisión, podés por un lado, acompañarlo (te va a ganar) y, por otro, llevarle propuestas que lo corran de las pantallas. ¿Cuáles? Anotá estas ideas:

Los chicos de cinco años se sienten grandes, pero siguen siendo amantes del juego. Así como verlos en preescolar no debe significar abandonar el cuento de antes de dormir, tampoco debería querer decir que ya no le interesa sentarse a jugar con vos. Esto se construye día a día, y si tu hijo ve que seguís siendo buena compañera de juegos, te va a buscar. En cambio, si ve que sos indiferente a sus propuestas, poco a poco va a dejar de incluirte en sus momentos de diversión.

Si lo ves muy concentrado con los videojuegos y no presta atención a tus ofertas (acordate de que no conviene que pasen más de una hora por día frente a las distintas pantallas y esto incluye todas las pantallas), probá este recurso infalible: sacá un cajón de juguetes y, con la excusa de ordenar y limpiar (podés ir trapo en mano), dalo vuelta en el piso, cerca de donde él está hipnotizado con los jueguitos: ¡no hay chico que se resista a eso!

Si hace calor y está en algún lugar al aire libre –alcanza un patiecito o un balcón y un balde con agua- o si hace frío y calentaste bien el baño, los juegos con agua siguen siendo sumamente atractivos a esta edad: los barquitos (de juguete y/o de papel), la espuma de afeitar de papá, los burbujeros, las botellitas de plástico vacías y los elementos de la cocina que no representen peligro alguno pueden ir a parar adentro de la bañadera. En malla (aunque sea julio) se puede jugar en el agua siempre y cuando el ambiente esté bien calefaccionado y después se sequen el pelo con el secador (dejá que él te lo seque a vos primero).

Como la tijera es un elemento que ya maneja, también podés aparecer con unas hojas de papel afiche y las revistas viejas que tengas en casa: un poco de pegamento y a hacer collages o fabricar rompecabezas pegando en cartulina una hoja entera de una revista que tenga un paisaje, por ejemplo. La cortan en varias “piezas”… y listo, ¡solo queda volver a armarlo!

Y hablando de propuestas relacionadas con la plástica, conviene aprovechar los cumpleaños de amigos y familiares: poné elementos interesantes sobre la mesa y proponele crear juntos una tarjeta súper original con brillantina, plasticolas de colores, témperas, etc.

Los palitos de helado que se venden por paquetes en las librerías y la madera balsa también pueden sumarse a la “mesa de trabajo” para hacer construcciones que se adaptan a nenas y varones: un fuerte, una casita, una cama para las barbies o una rampa para los autitos… hay posibilidades para todos los gustos.

Cuanto más juegues con tu hijo, más fácil te va a resultar y más ideas van a ir surgiendo de la creatividad de ambos. Disfrutá, grabá y sacá fotos de la experiencia porque… ¡no dura para toda la vida!

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