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Sugerencias sobre la crianza del niño prematuro

Los padres deben ser estimulados a comenzar lo más rápidamente posible el proceso de normalización" de la vida de su bebé

Luego del alta del hospital, es conveniente que el niño tenga un período de adaptación a su nuevo entorno, que se familiarice con un nuevo ambiente de colores, sonidos, rutinas y personas que lo cuidan. Para los padres también es importante contar con un tiempo para reubicarse en un hogar que ha cambiado con la llegada del bebé. Por esto seria conveniente que las salidas, durante estos primeros tiempos, (4 a 6 semanas) fueran tan solo para los controles médicos periódicos, así como evitar en la medida de lo posible, los viajes largos.

Superada esta etapa y si el niño no presenta una patología crónica compleja la vida de la familia debe ser normal.

 

Adecuación del hogar  


Temperatura ambiente:
Alrededor de 20-25 grados centígrados. Se debe controlar la temperatura del niño sobre todo en los primeros días posteriores al alta y adecuar la temperatura del ambiente y la vestimenta para mantener al bebé entre 36 y 37 grados de temperatura axilar. Es importante evitar la calefacción con hidrocarburos por combustión. En épocas calurosas, mantener el lugar más fresco y ventilado.

La habitación del niño debería ser, en la medida de lo posible, bien ventilada y limpia y ser compartida por la menor cantidad posible de personas.

Se deberá controlar la presencia de mosquitos y otros insectos en las cercanías del bebé; para ello se pueden utilizar tabletas o bien mosquiteros sobre la cuna.

La cuna: deberá tener su contorno interno protegido de modo que el niño no se golpee al moverse; la protección se podrá adaptar al tamaño del mismo por medio de rollos de tela en forma de nido. Los pies del bebé deberán estar en contacto con la parte inferior de la cuna de modo que no pueda deslizarse hacia abajo y quedar cubierto por las cobijas. Estas siempre deberán ser colocadas por debajo de sus axilas.

Con respecto al colecho, las opiniones son contradictorias: por un lado algunos autores creen que favorece la lactancia materna, pero por otro existe el riesgo de sofocación.

Higiene  


Las sugerencias sobre higiene involucran al niño y al medio ambiente que lo rodea.

  • Favorecer el baño higiénico diario y el lavado de manos.

  • Colocar al niño suavemente en el agua, preferentemente sostenido en decúbito ventral (boca abajo con la cabeza hacia un lado), con lo que se sentirá más seguro al evitarse el reflejo de Moro.
  • No se aconseja el uso de cosméticos infantiles, se recomienda la utilización de jabones neutros y sin perfume; no usar lociones sobre la piel del bebé; no utilizar talcos.
  • Realizar la higiene de la zona perineal con agua y jabón tibios, o bien óleo calcáreo o aceite comestible. No utilizar cremas o pomadas sobre piel sana.
  • Las prendas del bebé deben ser lavadas cada vez que las use, con un jabón suave a mano, prestando especial atención al enjuague para que no queden restos de jabón que puedan provocar alteraciones en la piel.
  • La preparación de los alimentos del niño reviste la mayor importancia. Se debe asegurar la correcta higiene de todos los utensilios y biberones, así como la esterilización efectiva de las formulas lácteas.

 

Patrones de sueño  


Los niños que han estado largo tiempo internados y sobre todo los prematuros, pueden presentar dificultades con el sueño, en particular el sueño nocturno.

Pueden despertarse tan frecuentemente como cada 2 horas hasta los 4 meses corregidos y ser incapaces de dormir durante un lapso de 5 horas por la noche hasta los 8 meses corregidos. Esta organización del sueño puede ser producto de inmadurez neurológica, demandas nutricionales, edad, temperamento y hábitos previos de sueño.

Algunos bebés de alto riesgo parecen ser hipersensibles a los ruidos y las luces; otros se han habituado al ruido de las Unidades y presentan dificultades para ajustarse a la quietud y oscuridad de los hogares.

El uso de una pequeña luz nocturna o música puede ser de ayuda en este último caso. Los padres deben ser ayudados en este período y provistos de estas guías sobre los patrones de sueño.

 

Vestimenta  


Se pueden hacer algunas sugerencias sobre el tipo de vestimenta más adecuada para los bebés, en particular los prematuros, con la salvedad dada por las características climáticas de cada estación y lugar. En general, son recomendables las prendas livianas, de fibras suaves como el algodón, que se cierren por delante para hacer más fácil el cambio.

Las aberturas pueden asegurarse con cintas o botones; no se aconsejan las cintas sujetadoras tipo "abrojo" (ya que pueden lastimar la delicada piel del niño), así como las costuras numerosas.

Una de las primeras ropas que los bebés prematuros suelen usar, sobre todo en épocas frías, son los gorros; es conveniente que sean de algodón por la irritación que tejidos ásperos como la lana pueden provocar en la piel. El color de la tela debe ser firme para que no destiña, ya que la tintura es tóxica y se absorbe por la piel. Conviene evitar el sobre abrigo en la época invernal.

No usar ropa que limite los movimientos; por ejemplo, los enteritos u "ositos" que, al crecer el bebé, rápidamente quedan cortos y pueden deformar los pies llevándolos a la hiperextensión.

Juegos 


Una vez que el bebé presenta períodos más regulares de alerta, comenzará a disfrutar del mirar y escuchar diferentes juguetes. Los bebés pequeños prefieren los colores vivos: rojo, azul, amarillo y verdes brillantes, a los colores pastel. Parecería también que responden mejor a las formas redondeadas que a las figuras geométricas. Los bebés ven mejor los objetos colocados a 30 y hasta 60cm de distancia, por lo que dichos objetos deben colocarse siempre por delante de la cabeza.

 También se sienten atraídos –y mucho– por los rostros humanos y las voces. Mirarlo y hablarle con voz pausada resulta uno de los mejores estímulos.

Cuando el niño comienza a manipular objetos, se desaconsejan aquellos juguetes con pequeñas partes removibles, con bordes agudos, revestidos con pinturas tóxicas, o rellenos con partículas pequeñas.

Los niños con DBP o con BOR no deben utilizar muñecos de peluche ni gatear sobre alfombra.

Aprovechar el momento del baño o del cambio de pañales para tocarle el cuerpo, acariciarlo y hacer suaves masajes. No es aconsejable la tracción a sentado, ni pararlo.

No es recomendable el uso de andador, por los riesgos que implica.

Los niños no deberían ver televisión, por lo menos hasta los 2 años.

 

Precauciones para disminuir el riesgo de enfermedad respiratoria


Los niños de alto riesgo tienen una mayor predisposición para contraer enfermedades respiratorias, particularmente en el primer año de vida, en épocas epidémicas (de abril a septiembre), y especialmente en presencia de enfermedades pulmonares crónicas: Ej. Displasia broncopulmonar (DBP).

Existe una alta incidencia de enfermedades de vías respiratorias bajas, con mayor incidencia de broncoespasmo y neumonía, sobre todo en los prematuros. Esto requerirá medicación nueva o adicional, oxígeno o, incluso, rehospitalización.

El riesgo de rehospitalización aumenta a medida que disminuye el peso al nacer. En aquellos recién nacidos con peso al nacer menor o igual a 1500gr. es de 33 a 38% en el primer año de vida. Puede deberse a secuelas de prematurez o a infecciones agudas, pero el medio socioeconómico es uno de los factores que más influyen. Los padres no deben considerar una rehospitalización como fracaso de sus cuidados. El riesgo disminuye con el crecimiento del niño.

Se sugiere:

  • Minimizar la exposición a infecciones. 
  • Alimentar con leche materna.  
  • No permitir grandes grupos de personas en el medio que rodea al bebé.  
  • Limitar el número de personas que lo cuidan.  
  • Lavarse las manos antes y después de sostener al niño.  
  • Evitar el contacto con personas afectadas por enfermedades respiratorias o gastrointestinales.   
  •  No se recomienda la asistencia a jardines maternales de los niños de alto riesgo durante los primeros 6 a 12 meses luego del alta, ya que son frecuentemente afectados por enfermedades virales.
  • Evitar la exposición al humo de cigarrillo.
  • Promover el amamantamiento, aún cuando el bebé no haya recibido leche humana durante la internación.
  • Evitar el contacto con animales domésticos.
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