¿Cómo me doy cuenta si tengo una leve fisura de bolsa?

El líquido amniótico tiene aspecto de agua ligeramente lechosa y un fuerte olor, mezcla de lavandina y sémen. Es casi imposible no advertir la fisura de bolsa por ese particular hecho.

En el caso de los embarazos que continúan más allá de la fecha probable de parto, el líquido amniótico podría tener características diferentes, como por ejemplo ser de aspecto cristalino y tener un olor más leve, más difícil de percibir.

De todas formas, aún para los obstetras a veces es difícil hacer un diagnóstico cien por ciento seguro. En muchas oportunidades la fisura es de tipo valvular, es decir, por momentos sale líquido amniótico y por momentos no.

Un recurso válido es tomar una muestra de secreciones del cuello uterino y observarlas al microscopio: si hay líquido amniótico, presenta cristales con una disposición muy particular. La ecografía puede ser de ayuda.

En la duda, se indica reposo en cama y cuando se confirma, antibióticos. Por lo general las fisuras evolucionan favorablemente (el objetivo es siempre alcanzar una edad gestacional que permita el nacimiento sin problemas para el bebé).

Cuando se trata de rotura, la cosa es más compleja. Antes de la semanas 32 a 34 se trata de frenar el parto.

Más allá de esa fecha, se interrumpe el embarazo antes de transcurridas 48 horas para evitar una posible infección.