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¿Es normal que la caquita de mi bebé sea tan líquida?

Durante los primeros meses, cuando el bebé solo toma pecho, las deposiciones suelen ser más bien líquidas, “explosivas”, y de color mostaza. Esto puede variar en bebés alimentados con leche de fórmula, que pueden presentar deposiciones más consistentes y de un tono un poco más oscuro debido a que la digestión de la leche artificial, en comparación de la materna, es más difícil.

Los padres se preguntarán cómo darse cuenta de que tiene diarrea si la consistencia de la caca suele ser líquida, en ese caso, hay que estar atentos a síntomas como deposiciones más seguidas, de hasta dos veces por toma, a una consistencia mucho más líquida que antes y a la presencia de otros síntomas asociados como vómitos, fiebre, dificultad en el sueño y la alimentación. En esos casos la diarrea puede ser señal de gastroenteritis, o de algún cambio en la leche de fórmula. De todas maneras, como la diarrea puede producir deshidratación, lo importante es alimentar al bebé a demanda, sea con pecho o mamadera, y consultar al médico si el problema persiste luego de 24hs o si viene acompañado de fiebre y/o vómitos (si se trata de un bebé de menos de 3 meses con fiebre, hay que llevarlo enseguida a un centro de salud).

Ante la duda de si la leche de fórmula tiene algo que ver con la diarrea, lo mejor es consultar con el médico antes de hacer algún cambio. Como los bebés alimentados con leche de fórmula son más propensos a sufrir infecciones, es fundamental mantener esterilizadas mamaderas y tetinas y lavarse bien las manos.

Si, en cambio, las heces del bebé son duras y secas, puede deberse a que está tomando poco líquido o a que está eliminando demasiado por culpa del calor, por fiebre o debido a alguna enfermedad. En ese caso, hay que mantenerlo hidratado alimentándolo más seguido, y consultar con el médico.

Cuando el bebé empiece a consumir alimentos sólidos, algo que sucede alrededor de los 6 meses, sus deposiciones cambiarán mucho. Lo que coma influirá directamente en el aspecto de su caquita, tanto en la consistencia como en el olor y el color (por ejemplo, si come acelga será de un color más verdoso, si come zanahorias o calabaza, más anaranjado, si come remolacha, más rojizo, etc..)

A medida que vaya incorporando más variedad de alimentos, sus heces comenzarán a ser más contundentes, más oscuras y con un olor similar a las de los adultos.

Puede suceder que se constipe o tenga diarrea producto de la dieta o algún cambio en la alimentación, en ese caso, habrá que evaluar los alimentos que recibe y determinar, junto al médico, la causa de estas afecciones.
 

Asesoró: Dra. Marisa Jaitt, pediatra