Pasar al contenido principal

¿Es normal que mi hijo de 10 años todavía conserve sus ositos de cuando era más chico?

Más allá de enfocarse en "lo normal" o lo que no lo es, lo importante es saber qué significan para un niño estos objetos. Además, cuánta más importancia le dan los padres a querer sacarle al niño este tipo de objetos, más se afianzan.

En este caso, cuando se trata de un nene más grande que conserva sus ositos o su peluche preferido, es fundamental fijarse que ese objeto que tanto quiere el niño no sustituya otros contactos, otros vínculos importantes para su edad. Tampoco debe ser un objeto que traslade, sino que debe permanecer en su cuarto o en su casa, como algo a lo que pueda recurrir en busca de resguardo. Porque en realidad estos objetos simbolizan eso, el lugar de resguardo, de cuidado, de lo confiable. Este objeto, si perdura en el tiempo, significa que es algo de lo cual el niño no se puede despedir todavía. Sería como no terminar de despedirse de ese niño que en realidad todavía es.

Dejar este objeto, que puede ser un osito, un muñeco, un bebote, etc., es algo que el niño debe vivir naturalmente, no como un discurso o una imposición de los padres. Por ejemplo, si sus amigos se burlan porque tiene osos en su habitación, tal vez este sea un disparador que le haga decidir empezar a dejarlos en otro lugar, pero esto es algo que debe decidir el niño.

No hay que presionar ni tampoco exacerbar el tema, sino respetar al chico y entender que es un objeto valioso para él, de su pertenencia y que el que tiene derecho a hacer uso de él es su propio dueño, hasta que el objeto pierda su trascendencia.
 

Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, psicopedagoga,
autora de Criando hijos, creando personas y Los Nuevos Padres

Contenidos Relacionados