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Mi hija de 4 años me contó que se dio un beso en la boca con otra nena en el jardín. ¿Cómo debo reaccionar?

Los juegos sexuales son parte del desarrollo normal de los niños. A uno como adulto lo sorprende, porque lo mira desde su cabeza, pero si por un rato se pone a su altura, hay que entender que es una exploración necesaria, y que de una u otra forma todos transitamos.

No hay que alentarlos, pero tampoco prohibirlos ni menos castigarlos.

El peligro residiría en que en estos juegos alguno de ambos -en este caso de ambas- salga lastimado física o emocionalmente. Por lo tanto es mejor que los adultos estemos atentos, y que los chicos jueguen siempre bajo nuestra tutela.

No dejarlos solos innecesariamente,ni mostrarles imágenes, escenas o situaciones que puedan favorecer esta curiosidad natural en forma desmedida. Esto suele pasar con la TV, o material revistas, publicidades, etc. que incitan a ejercer o imitar situaciones que no están dentro de sus posibilidades aún.

Hay que limitar sin retar, hablar sin olvidar que el cuerpo tiene que llegar a ser un espacio propio y natural que a la edad en que esté preparado deben disfrutar. No es fácil encontrar el equilibrio, pero hay que intentarlo.