Otitis externa

Luego de un largo día de playa o pileta, puede aparecer el temido dolor de oídos que tanto afecta a los chicos. Que esta afección sea habitual durante las vacaciones de verano se debe a que las inmersiones, sobre todo en piletas, son las mayores causantes.

Los productos químicos utilizados para conservar el agua de las piletas y las aguas sucias, son señalados como los principales culpables de la otitis externa. Los niños suelen padecer más esta afección que los adultos, porque permanecen mucho tiempo en el agua, sumergiendo continuamente la cabeza.

Justamente estas zambullidas hacen más fácil la otitis, que aparece cuando la piel del conducto auditivo externo permanece humedecida por mucho tiempo, reblandeciéndose y perdiendo así su capa protectora, lo que da lugar para que las bacterias penetren al oído.

Los síntomas aparecen horas después del contacto con el agua y se manifiestan a través de picazón en el oído, dolor intenso, sensación de oído tapado y en algunos casos hinchazón del oído externo y de los ganglios linfáticos que lo rodean. Es importante que ante estos primeros indicios, los padres lleven a los niños al médico para  poder iniciar un tratamiento farmacológico cuanto antes.

Por lo general, las otitis externas se curan solas o con la aplicación en la oreja afectada de gotitas que contienen antibiótico y analgésico local. De todas maneras, como la piel del conducto auditivo externo es tan delgada y cercana al hueso que recubre, hay que controlar la otitis si no mejora porque de lo contrario puede producirse una infección de mayor importancia y riesgo.

Una vez realizada la consulta médica, hay que cuidar que los niños con otitis no sumerjan la cabeza en el agua por al menos 15 días, aunque el dolor se haya ido. Este es el tiempo indispensable para que el conducto termine de renovarse y se cure.

Desde el Ministerio de Salud, dan algunas recomendaciones para evitar la otitis, que también valen para los más grandes:

• Realizar chequeos auditivos frecuentes como forma de prevención
• Evitar el baño en aguas poco saludables
• Zambullirse de manera suave en playas y piscinas, y evitar estar mucho tiempo con la cabeza bajo el agua
• Secar bien los oídos después del baño
• No usar hisopos o elementos punzantes para secar los oídos. En su lugar, se puede utilizar un algodón suave y absorvente.

Cuidados necesarios a la hora de bañarse:
 

• No sumergirse en aguas contaminadas para evitar infecciones
• No ingresar en ríos sucios ni canteras
• Controlar a los niños pequeños inclusive en las piletas de plástico
• Usar protectores solares.

Fuentes consultadas : Ministerio de Salud de la Nación
Dr. Mario Ignacio Brotsky, pediatra