Pasar al contenido principal

Las nuevas familias

Nos encontramos en la actualidad con diferentes tipos o estilos de familias, a diferencia de tiempo atrás donde la mayoría eran consideradas familias tradicionales (papá, mamá, hijo). Algunas de estas nuevas familias necesitan un tiempo para ser aceptadas por la sociedad. Poco a poco las nuevas, son vistas y consideradas con más respeto y equidad.

Los ejemplos mas usuales de estas nuevas familias son las familias monoparentales donde es la mujer-mamá la que se hace cargo de su función materna a la que debe sumarle la de sostén del hogar. O familias ensambladas donde luego de un proceso de divorcio, o separación, o viudez, mujeres y hombres con hijos, deciden constituir una nueva pareja y una nueva familia.

Es un gran desafío para los padres jóvenes, darse el espacio y el permiso para armar la familia que desean con las diferencias que cada pareja tendrá criando a sus hijos, sean biológicos o del corazón.

La gran pregunta que se ha instalado en la sociedad actual es respecto de qué sucede con los hijos producto de uniones de padres del mismo sexo (familias homoparentales)

El hecho de que existan nuevas formas de familia y, sobre todo, que comiencen a hacerse visibles, plantea nuevas preguntas a la sociedad y obliga, por tanto, a buscar nuevas respuestas. Y lo que más hace ruido acerca de estas familias es qué posible incidencia puedan tener sobre el desarrollo de niños y niñas el hecho de haber crecido en ellas.

Ningún estudio e investigación en el campo de la salud realizado seriamente demostró diferencias entre los niños que viven con progenitores heterosexuales y los niños que conviven en un hogar homoparental.

En ningún aspecto tanto del desarrollo intelectual o de la personalidad o de sus vínculos, formar parte de este nuevo tipo de familias necesariamente interfiere en su futura elección sexual.

El tema principal es conocer caso por caso y ver cuáles son los roles que se desempeñan en cada familia.

Quién ocupa la función de padre, de madre y qué entorno contenedor y con personas significativas acompañan el crecimiento de los hijos (tíos, abuelos, primos, instituciones escolares)

No sólo estas familias son miradas como diferentes sino también las armadas por mamás con hijos de diferentes padres, o padres varones que viven con alguno de sus hijos y así infinidad de variables.
 

  • El tema es cómo es cada uno y cómo responde la sociedad
  • Si se aceptan las diferencias y se respetan sin juzgar a nadie
  • Si se puede comprender que no hay un solo tipo o estilo de familia que “vale” o es bueno
  • Y que tener padres heterosexuales no es garantía de amor, salud, cuidado y respeto por los hijos


La responsabilidad como adultos, profesionales de la salud y la educación es acompañar a los niños desde que nacen en todo momento, en lo que necesitan y no intervenir cuando no es necesario. Estar atentos, conocerlos, aceptarlos y transmitir desde que son niños que cada uno diferente.

Cuando por ejemplo hay un cambio en la familia, como una separación. ¿Qué se les dice a los hijos, cuando se tiene que explicar la situación? ¿Cómo suelen reaccionar los chicos? Las transmisiones más importantes de padres a hijos desde que son bebés son respeto, identidad y verdad, que guiadas por el amor a ellos permiten afrontar cualquier situación nueva por más difícil o complicada que sea.

Según la edad pueden reaccionar de distintas maneras. Algunos lo aceptarán naturalmente, otros se enojarán, o ignorarán la situación. Lo que es bueno que quede en claro es que son decisiones de grandes, de adultos y no de los niños. Y que la función de mamá no cambia, el ejercicio de su rol seguirá siendo el mismo así estén solos, convivan con un papá, propio o de alguno de sus hermanos, y que en cada casa habrá hábitos, rutinas y valores que se respetarán como parte de la convivencia familiar, más allá de los lazos sanguíneos o elecciones sexuales de los adultos.

La primera elaboración es en casa. Cuanto más se viva con naturalidad, con mejor predisposición la vivirán los chicos.

Deberán trabajar y aprender a crear vínculos diferentes de los “habituales” y eso los hará crecer como personas y ser más abiertos y comprensivos.

¿Que no sería recomendable hacer como padres cuando se forma una familia “no tradicional?.
Fundamentalmente andar por la vida justificándose o pidiendo “perdón” por la manera en que se la está viviendo. Todo lo contrario: es saludable asumirla, responsabilizarse por ella, que significa responder por cada situación que se plantea, pero sin culpas, con conciencia y cuidado por todos y por uno mismo.

Sin silencios, ni secretos trabajando sobre los propios mitos y prejuicios y la culpa.

Es un largo camino, a veces tenso, a veces más armonioso que con el tiempo tendrá un rumbo más firme. Ese es el desafío. Que de a poco haya mayor aceptación y no se las viva a las nuevas familias de este milenio, como malas o desviadas del “rumbo que se debería tener”.

No hay que olvidarse que los padres biológicos no siempre coinciden con los padres de crianza. En algunos casos por déficit o ausencia se los reemplazará, pero de existir y tener una presencia en la vida de sus hijos, a pesar de que no convivan, su rol deberá ser respetado y no sustituido.

Es importante darle tiempo a las situaciones nuevas y tratar de conservar y respetar los espacios y necesidades de cada uno de sus miembros.

Los beneficios que a la larga logran estas nuevas familias, son que sus integrantes han aprendido a acordar, a ser tolerantes con las diferencias, flexibles y creativos. Los chicos tienen en esta experiencia, una manera diferente de vivir que los va a enriquecer seguramente en el presente y en el futuro.

Bebés Crianza, familia y educación Niños Crianza y familia Adolescentes Psicologia, educación y familia

Contenidos Relacionados