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¿Qué hago si mi hijo no quiere sentarse en la sillita de seguridad del auto?

Los hábitos de un niño se van construyendo en el día a día. Por eso, no debemos ceder ante situaciones que nos pongan en jaque, como los berrinches a la hora de sentarlo en la sillita de seguridad del auto.

La seguridad de los niños es algo que no se puede negociar bajo ningún concepto. Tener en claro este aspecto es fundamental para poder transmitírselo a los chicos y aplicarlo en situaciones como los viajes en auto.

Hay algunos puntos clave para evitar que un paseo o viaje en auto se convierta en un mundo de llantos y pataleos debido a la utilización de la sillita:

  • Un buen comienzo es comprender que las normas de seguridad no son exageradas ni están hechas en vano y que ponerlas en práctica es sinónimo de protección.
  • Es importante además construir el hábito en el niño comenzando con el uso correcto de la sillita desde su primer viaje en auto.
  • No hay que perder la constancia alternando la sillita con los brazos de mamá o papá durante los viajes, sean de dos cuadras o de 500 kilómetros.
  • Transformar en un juego el momento de sentarlo en la sillita puede ser positivo. Decirle por ejemplo: “A ver cuánto tiempo tardás en abrocharte” o “A ver quién se pone más rápido el cinturón”, mostrándole que sus papás también lo hacen, logrará hacer divertida una situación que le resultaba molesta.

Puede que haya momentos en los que el niño se muestre menos tolerante al viaje y quiera salir de la sillita o sacarse el cinturón de seguridad. En estos casos lo ideal es llevar juguetes para que se divierta y el viaje no se le haga tan pesado, o sentarse a su lado para acompañarlo y tranquilizarlo. Jamás hay que sacarlo de la silla, ni acostarlo en el asiento para que duerma.

Responder ante este tipo de situaciones con firmeza y constancia, sin perder de vista el objetivo, ayudará a que los más pequeños vayan construyendo paso a paso los distintos hábitos.