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Diabetes gestacional

Ya les conté que estoy embarazada de mi segundo hijo. Con el primero no tuve ningún tipo de complicación, y este embarazo venía muy bien.

Pero recientemente me hicieron el test de tolerancia a la glucosa, y me dio un valor levemente superior al rango que se considera parámetro normal, por lo que enseguida comenzó toda una carrera febril para encaminar el tratamiento adecuado.

Durante las primeras horas me puse muy mal. Honestamente me tomó por sorpresa, y a pesar de que sabía perfectamente que es algo muy controlable vivirlo en carne propia me afectó por un rato.

Ahí me di cuenta de la necesidad de no perder la calma. El mismo día fui a ver al endocrinólogo que me indicó mi obstetra, y el panorama me cambió completamente. Muy adecuadamente me volvió a explicar lo que ya me había dicho el obstetra respecto de los pasos a seguir, remarcando en todo momento que si me ocupo con mucha responsabilidad no tiene por qué pasar nada malo. Soy muy delgada, aumenté muy poco de peso, y tengo muy buena salud, sin antecedentes familiares de diabetes, por lo que mi contexto luce favorable. Especialmente porque el valor que dio el test no llega a ser alarmante, es realmente un desvío muy pequeño.

Respiré profundo y me sentí mejor. Me hice todos los nuevos análisis de laboratorios indicados, y están dando muy bien todos los resultados, así que técnicamente el susto ya pasó. Ahora tengo que cuidarme mucho con las comidas, controlando muy bien la ingesta de hiodratos de carbono y eliminando el consumo de dulces. No es fácil, pero son unas semanas más.

Lo que me interesa compartir de mi experiencia es que SIEMPRE hay que tratar de mantener la calma y dedicarse con mucha responsabilidad a estudiar el panorama e implementar las medidas que indiquen los médicos. Es muy importante la detección temprana de cualquier tipo de inconveniente, de forma que podamos corregir rápidamente minimizando los riesgos para el bebé. Es de destacar la importancia de que nuestro equipo médico de confianza nos contenga, nos dé toda la información necesaria, pero que a la vez logre que asumamos el tratamiento con mucha responsabilidad.

Ahora que recuperé el optimismo, estoy tomando este susto como una oportunidad. La realidad es que con la gran cantidad de actividades que tengo, no respeto mucho un adecuado esquema alimentario, y además mi dieta no es balanceada para nada. Finalmente, trato de pensar que no me viene mal estar obligada un par de meses a hacer una dieta sana con horarios adecuados y un adecuado equilibrio entre alimentos.

Lo mejor sería lograr un cambio de hábitos de largo plazo. Después de todo, esto también me va a favorecer en la lactancia.

¿Les pasó? ¿Se sintieron contenidas por su equipo médico de confianza? ¿Cómo les fue?