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¿Por qué se cae el cabello?

Aunque parece que los únicos que compran productos para frenar la caída del cabello son los hombres, las mujeres también pueden llegar a necesitarlos. Aquí, el qué y el por qué de una patología que puede afectar la estética y hasta la autoestima femenina.

El hecho de que los hombres se vayan “quedando pelados” con la edad está socialmente aceptado, aunque algunos lo sufren más que otros y recurren a masajes, tratamientos, productos cosméticos y dermatológicos específicos y hasta a las más modernas técnicas de auto-transplante capilar.

Pero cuando la alopecia –tal como se llama a la pérdida patológica de cabello- se presenta en las mujeres, puede ocasionar graves trastornos porque el pelo es un rasgo de belleza femenino muy valorado.

Hay que aclarar que, como la piel, el cabello se está cayendo y renovando permanentemente, pero cuando el nivel de caída supera el de nacimiento de nuevos cabellos, se habla de alopecia, una patología que tiene características muy diferentes en el hombre y en la mujer: en el hombre el cabello tiende a comenzar a perderse en la zona de la frente cercana a las sienes –las conocidas “entradas”- y en la coronilla, en zonas muy bien delimitadas. Por otra parte, hay zonas en las que el cabello sigue creciendo con fuerza y con normalidad, lo que permite el uso de técnicas de auto-transplante para llevar cabello sano a la zona donde ya no hay.

En cambio, la alopecia femenina es mucho más general: el pelo se vuelve fino y empieza a ralear de forma pareja en todo el cuero cabelludo, lo que hace que las técnicas de auto-transplante no sean tan exitosas porque no hay una zona de pelo sano, como en el caso de los hombres.

En la caída del cabello actúa la predisposición familiar y el estrés –que hoy en día, y debido a las obligaciones laborales- se da tanto en los hombres como en las mujeres. Incluso puede darse en los niños por estrés, por haber atravesado situaciones traumáticas o por estar padeciendo algún conflicto psicológico.

La alopecia femenina se da fundamentalmente en dos momentos críticos que tienen que ver básicamente con el funcionamiento hormonal: el período post-parto y la menopausia. La pérdida de pelo también puede deberse al efecto de algunas pastillas anticonceptivas que deben suspenderse de ser necesario.

Unos seis meses después de haber dado a luz, la salud del cabello de la madre suele recuperarse. Sin embargo, como los cambios hormonales derivados de la menopausia son permanentes, este segundo momento afecta de manera mucho más definitiva a la cabellera femenina.

Sin embargo, no todas son malas noticias para las mujeres, que cuentan con una mayor capacidad que los hombres para recuperar el cabello perdido: los suplementos dietarios suelen ser la primera indicación cuando se consulta al dermatólogo por este problema, porque la falta de vitaminas, minerales o proteínas, o la falta de hierro –incluso cuando no llegue a calificarse como anemia-, puede debilitar el cabello.

Una dieta balanceada, con un buen aporte de proteínas –leche, huevo, pescado, queso- y de grasa de origen vegetal como el aceite de oliva y los frutos secos, permiten tener un cabello sano. La incorporación de una buena cantidad de agua durante el día también es importante para que el pelo esté brillante y para que crezca con fuerza. Finalmente, siempre es posible recurrir a los centros especializados que tratan la caída del cabello, asegurándose previamente de que sea atendido por médicos dermatólogos y que se trate de un lugar serio.