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Mascotas y vacaciones: con quién dejarlas cuando nos vamos por unos días

Un familiar, amigo o vecino de confianza puede ser el perfecto encargado de cuidar a nuestra mascota cuando estamos fuera de casa. Pero ¿qué pasa si ninguna de estas alternativas es viable?.

Una de las mayores preocupaciones antes de salir de vacaciones es qué hacer con las mascotas cuando no se cuenta con alguien de confianza para dejarlas o cuando el destino no es "pet friendly" (ahora hay cada vez más opciones que ofrecen la posibilidad de darle alojamiento también a la mascota!)

Como una opción está la de preguntarle al veterinario amigo si cuida mascotas o si conoce a alguien para recomendar. Hay gente que se dedica a cuidar perros o gatos en sus casas con un costo mínimo y que pueden convertirse en la solución para no dejar a la mascota sola o poner en compromiso a un familiar o amigo.

También son una buena opción las guarderías o pensionados para mascotas, ya que ofrecen servicios integrales y en muchos casos además de perros reciben a gatos, aves y otro tipo de animales.

Durante la búsqueda se pueden encontrar establecimientos que brindan desde actividades recreativas en amplios sitios al aire libre, hasta tratamientos de kinesiología y acupuntura para animales.

En el caso de los perros, si la guardería cuenta con espacios grandes para que puedan estar sueltos, con gente que los mime y con compañeros para jugar, ellos se sentirán cómodos en pocos días y sufrirán menos el stress inicial que implica estar lejos de su territorio.

A diferencia del perro, el gato extraña más su propio espacio, por eso lo mejor es dejarlo en su casa si es que algún conocido de su dueño y en especial del felino, puede ir a alimentarlo, a cambiarle las piedritas higiénicas y a mimarlo aunque sea sólo una vez por día. De no ser posible esta alternativa, hay personas que ofrecen el servicio de cuidado en el hogar y además hay algunas guarderías que también aceptan el ingreso de gatos.

Una de las claves para que el animal no sienta tanto el desarraigo, es que siempre tenga con él, vaya donde vaya, sus potes de comida y agua y alguna mantita con su olor u otro elemento que le recuerde al hogar.

Es fundamental que estando lejos de su casa, la mascota consuma el mismo tipo de alimento balanceado brindado en su hogar o recomendado por su veterinario. Un cambio brusco de comida podría generarle problemas gastrointestinales haciendo más difícil el período de adaptación.

También hay que tener en cuenta otros aspectos al momento de elegir una guardería:

  • Buscar un lugar recomendado por el veterinario o por una persona de confianza que haya llevado a su mascota allí.
  • Contratar el servicio una vez que se haya conocido el espacio donde estará la mascota y a las personas que cuidarán de ella (controlando que sean idóneas).
  • Evaluar la comodidad, higiene y servicios veterinarios de la guardería para evitar situaciones que perjudiquen a la mascota.
  • Además, es importante informarse previamente sobre los requisitos para poder ingresar a los animales en los pensionados. Algunos de los solicitados son la vacuna antirrábica, la séxtuple, la pipeta para pulgas colocada 30 días antes y una desparasitación previa.

En el caso de no tener al día la libreta sanitaria del animal, hay guarderías que para mayor comodidad ofrecen la colocación de vacunas.

A estos y otros cuidados, algunas pensiones suman servicios de baño, peluquería, paseos, actividades físicas y de esparcimiento, que se convierten en mimos difíciles de negarle a las mascotas.

Lo primordial es que al elegir un lugar se priorice el bienestar del animal, para evitar que sienta más de lo normal la ausencia de sus dueños y la lejanía del hogar.


Asesoró: Doctora Diana Del Río, médica veterinaria