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¿Cómo armar un playroom?

Tener un espacio especialmente destinado a los juguetes de los chicos, o a la mesa de ping-pon de los grandes es un lujo que hay que saber aprovechar. Aquí, una guía para que el playroom resulte lo más cómodo y agradable posible.

Frente a una habitación, altillo o entrepiso que se vaya a convertir en el playroom de la casa, en primer lugar hay que definir -antes de elegir colores y muebles- qué actividades se van a desarrollar en ese espacio, para que puedan llevarse adelante cómodamente.

Si el playroom es para los chicos y éstos son pequeños, habrá que pensar en dejar bastante espacio libre para que puedan hacer todo el despliegue corporal que necesiten y planear sitios de guardado para que, después de jugar, todo quede relativamente ordenado. También es importante que sea un lugar fácil de limpiar y que no se convierta en el desván donde van a parar todas las cosas que no sabemos dónde guardar.

El playroom debe ser un lugar seguro, así que es fundamental que las instalaciones eléctricas y de gas estén en buenas condiciones, que sea un lugar ventilado y sin obstáculos ni muebles con puntas filosas.

Si los chicos son más grandecitos o el espacio es también para que lo usen los adultos, hay que tener en cuenta que para el televisor, el reproductor de dvd, el equipo de audio y los juegos tipo play-station, lo más estético y práctico es elegir un mueble con ruedas que tenga el espacio justo para colocar esas cosas, en el que no sobre lugar que luego no vaya a ser utilizado.

No conviene poner la televisión colgada de la pared, porque si bien permite ganar espacio, estéticamente no queda bien y provoca dolores de cuello al tener que mirar hacia arriba. Por otro lado, al estar colgada significa un peligro potencial si no está bien colocada.

Con respecto a los muebles, todo depende de las actividades que allí se vayan a realizar: si es para chicos, conviene  privilegiar el espacio libre, si es para grandes habrá que ver si desean alguna mesa de juego (para cartas, ping-pong, metegol, pool, etc.) o si prefieren priorizar las consolas de juegos electrónicos, armar un home-theatre, etc. Tal vez a los dueños de casa les gusta pintar –y pueden tener un caballete- o hacer manualidades. Pensando en esto habrá que elegir asientos cómodos y mesas altas o bajas según se necesite.

Si el piso es de cerámica se puede cubrir con una carpeta que sea fácil de lavar, no es conveniente colocar moquete ya que es muy difícil de limpiar y siempre conserva el polvo.

Es común que el playroom se amueble con cosas viejas, con rejuntes de muebles que no se usan, en ese caso hay que tratar de unificar con telas o pinturas, pensando que se trata de un ambiente de recreo que no hace falta decorar como el living de la casa: ahí la imaginación puede volar, puede ser el lugar de transgresión donde nos animemos a usar colores fuertes, tapizados audaces y lámparas raras.

La iluminación general debería estar acompañada de otra por sectores para generar espacios dentro del espacio general. No conviene usar lámparas de bajo consumo blancas, hay cálidas que son mejores y es bueno que estén alternadas con otras, ya que la luz de bajo consumo es muy mala para la vista y tampoco crea un clima agradable. La iluminación es muy importante ya que influye de manera considerable en el estado de ánimo de las personas.

Los colores y la ambientación en general deberían adecuarse a ese lugar en particular y nunca copiar tal cual la foto de una revista de decoración: siempre hay que adaptar las ideas a la realidad y a los gustos propios de los dueños de casa. El playroom debe ser un lugar cálido y divertido, en el que den ganas de estar y pasar el tiempo libre.


Asesoró: Ana E. Palacio, decoradora