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Cáncer de tiroides ¿cómo detectarlo a tiempo?

El tipo de cáncer de tiroides más frecuente es el carcinoma papilar, una enfermedad más común en las mujeres que en los hombres. También existen otros tipo de cáncer de tiroides menos habituales.

Qué es el cáncer de tiroides

El cáncer de la tiroides es una enfermedad que produce células malignas (cancerosas) en los tejidos de la glándula tiroides.

La tiroidea es una glándula que está ubicada en la base de la garganta, cerca de la tráquea. Tiene forma de mariposa, con un lóbulo derecho y un lóbulo izquierdo conectados porque el istmo, un trozo delgado de tejido. Mide 5 centímetros aproximadamente y por lo general es difícil detectarla palpando a través de la piel.

tiroidesImagen Fundación Sales

La tiroides necesita del yodo, un mineral que se encuentra en algunos alimentos y en la sal yodada, para elaborar varias hormonas que cumplen distintas funciones: controlar la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y la rapidez con la que los alimentos se transforma en energía (metabolismo) y controlar la cantidad de calcio en la sangre, entre otras funciones.

Tipos de cáncer de tiroides


Existen cuatro tipos principales de cáncer de tiroides:

Cáncer de tiroides papilar:
es el tipo más común de cáncer de tiroides, afecta a más mujeres que a hombres y por lo general se presenta antes de los 45 años de edad. Se forma en las células foliculares de la tiroidea y crece lentamente en forma parecida a pequeños dedos.

Cáncer de tiroides folicular: es un cáncer que se forma en las células foliculares de la tiroidea. Crece despacio y su tasa de curación es alta.

Cáncer de tiroides medular: cáncer que se desarrolla en las células C de la tiroidea. Las células C elaboran una hormona (calcitonina) que ayuda a mantener una concentración saludable de calcio en la sangre.

Cáncer de tiroides anaplásico: es un tipo de cáncer de tiroides poco frecuente y de crecimiento rápido. En este tipo de cáncer, las células cancerosas tienen un aspecto muy diferente de las células tiroideas normales.


Factores de Riesgo

Entre los factores de riesgo de cáncer de tiroides se incluyen:

  • Ser mujer
  • Tener entre 25 y 65 años de edad.
  • Haber estado expuesto a radiación en la cabeza y el cuello en la niñez o haber estado expuesto a radiación atómica. El cáncer se puede presentar tan temprano como cinco años después de la exposición.
  • Tener antecedentes de bocio (agrandamiento de la tiroides).
  • Tener antecedentes familiares de enfermedad tiroidea o cáncer de la tiroides.
  • Padecer de ciertas afecciones genéticas, como carcinoma de tiroides medular familiar (CTMF), síndrome de neoplasia endócrina múltiple tipo 2A y síndrome de neoplasia endócrina múltiple tipo 2B.
  • Ser de raza asiática.


Síntomas


Puede que el cáncer de tiroides no presente síntomas tempranos y que a veces sea detectado durante un examen físico de rutina.

De todas maneras, los síntomas de cáncer de tiroides son comunes a otra enfermedades, es decir que a veces pueden ser señal de otras afecciones, no necesariamente de cáncer. Cuando se presenta alguno de estos síntomas, es importante consultar al médico:

  • Una masa en el cuello
  • Dificultad para respirar
  • Dificultad para tragar
  • Ronquera.


Detección y diagnóstico


Además del examen físico para detectar masas o hinchazón del cuello, la laringe y los ganglios linfáticos, y cualquier otra cosa que no parezca habitual , hay diferentes pruebas y procedimientos que se utilizan para detectar y diagnosticar el cáncer de la tiroides:

Laringoscopía: a través de este procedimiento el médico examina la laringe con un espejo o un laringoscopio. Un tumor de la tiroides puede apretar las cuerdas vocales. La laringoscopía se realiza para determinar si las cuerdas vocales se mueven normalmente.

Estudios de las hormonas en la sangre: se toma una muestra de sangre para medir la cantidad de ciertas hormonas que los órganos y tejidos del cuerpo liberan a la sangre. Se debe verificar si la sangre contiene concentraciones anormales de hormona estimulante de la tiroides (HET). La hipófisis en el cerebro elabora la HET, que estimula la liberación de la hormona tiroidea y controla la rapidez con que crecen las células foliculares de la tiroides. También se puede verificar si la sangre contiene concentraciones altas de la hormona calcitonina.

Estudios de la química de la sangre: examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias liberadas a la sangre por los órganos y tejidos del cuerpo. Una cantidad anormal (mayor o menor que lo normal) de una sustancia puede ser signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora.

Exploración con yodo radiactivo: procedimiento usado para encontrar áreas del cuerpo donde las células del cáncer de tiroides se multiplican rápidamente. Se usa yodo radiactivo porque solo las células tiroideas lo pueden absorber. Se ingiere una pequeña cantidad de yodo radiactivo que se desplaza por la sangre y se acumula en el tejido de la tiroides y en las células del cáncer de tiroides en cualquier lugar del cuerpo.

Otras maneras de detectar y diagnosticar el cáncer de tiroides es a través de estudios de imágenes como ecografías, tomografía computada, resonancia magnética, biopsia (se extrae tejido de la tiroides mediante una aguja fina para verificar si hay células cancerosas) o biopsia quirúrgica (extracción del nódulo de la tiroides o de un lóbulo de la tiroides durante una cirugía para que un patólogo pueda observar las células y tejidos bajo un microscopio, y verificar si hay signos de cáncer).

Tratamientos


Hay diferentes tipos de tratamiento para los pacientes de cáncer de tiroides y dependen del tipo de cáncer y del estadío del cáncer que se está tratando

Cirugía: es el tratamiento más común para el cáncer de tiroides. Se puede usar uno de los siguientes procedimientos:

  • Lobectomía: cirugía para extirpar el lóbulo de la tiroides donde se encuentra el cáncer. Se puede realizar biopsias de los ganglios linfáticos del área para verificar si contienen cáncer.
  • Tiroidectomía casi total: extirpación de toda la tiroides, excepto una pequeña parte.
  • Tiroidectomía total: extirpación de toda la tiroides.
  • Linfadenectomía: extirpación de los ganglios linfáticos del cuello que contienen cáncer.


Radioterapia: la radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que utiliza radiación de alta para destruir células cancerosas o impedir que crezcan, puede ser radioterapia externa  al cuerpo o interna.

Quimioterapia: es un tratamiento contra el cáncer que utiliza medicamentos para detener el crecimiento de células cancerosas, ya sea destruyéndolas o impidiendo su multiplicación. Suele ser por vía endovenosa y por lo general se utiliza luego de la cirugía para eliminar células cancerígenas residuales.

Terapia hormonal tiroidea: tratamiento mediante el que se extirpa o se bloquea la acción de las hormonas y detiene el crecimiento de las células cancerosas. Las hormonas son sustancias elaboradas por las glándulas del cuerpo y que circulan por el torrente sanguíneo. En el caso del tratamiento del cáncer de la tiroides, se pueden administrar medicamentos para evitar que el cuerpo elabore la hormona estimulante de la tiroides (HET), que es una hormona que puede aumentar la probabilidad de que el cáncer de tiroides crezca o regrese.

Además, como el tratamiento del cáncer de tiroides destruye las células tiroideas, la tiroides no puede elaborar suficiente hormona tiroidea. Por eso se administran pastillas de reemplazo de la hormona tiroidea.

Terapia dirigida: La terapia dirigida es un tipo de tratamiento para el que se usan medicamentos u otras sustancias para identificar y atacar células cancerosas específicas sin dañar las células normales.

Además del tratamiento, una buena alimentación y actividad física regular ayudar a mantener el peso y a abastecer al cuerpo de las proteínas, vitaminas y minerales necesarios para enfrentar esta enfermedad.



Fuente: Fundación Sales