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Guía básica para decorar un cuarto para chicos

Pensar una habitación para niños va mucho más allá de calcular cuántas camas hay que poner: la edad de los chicos, sus hábitos y las actividades que desarrollan en ese lugar son datos muy importantes a tener en cuenta en el momento de la decoración.

Decorar un cuarto infantil no es una tarea sencilla, ya que hay muchos aspectos a considerar. Aquí, una guía desarrollada por una decoradora para no dar puntada sin hilo:

  • La seguridad es uno de los primeros aspectos a tener en cuenta cuando se piensa en un cuarto para los chicos: según las edades, habrá que asegurarse de que no haya formas o materiales que puedan ser peligrosos, terminaciones filosas o ángulos muy agudos. Para mayor seguridad siempre es mejor redondear un poco los bordes de los muebles y asegurarse de que las ventanas o balcones estén debidamente protegidos, lo mismo que el acceso a escaleras o baños en el caso de los más chiquitos.
  • Los cuartos para chicos deben ser espacios para vivir más que copias de las revistas de decoración y deben estar hechos a medida de las necesidades de los niños que los habitan y no de los adultos de la casa. Por eso es fundamental elegir materiales resistentes y fáciles de limpiar, géneros lavables y evitar los elementos costosos o que no se puedan tocar o usar.
  • Entre las primeras cuestiones a analizar se encuentra la cantidad de niños que van a habitar ese espacio, qué actividades van a desarrollar, cuáles son sus hábitos y sus necesidades. También es importante considerar cuántos chicos frecuentan la casa, en el caso de que se reciban frecuentes visitas de familiares o amigos que, incluso, puedan necesitar espacio para quedarse a dormir.
  • Hay que tener en cuenta cuánta luz natural hay en el ambiente y por cuántas horas se la puede aprovechar para adecuar la iluminación artificial, sobre todo si los chicos van a estudiar en su cuarto y necesitan una iluminación potente y puntual. La idea es garantizar una buena iluminación general y puntual en la zona de estudio y el costado de la cama.
  • Es importante no abarrotar el cuarto: hay que garantizar una circulación limpia, sin obstáculos, de modo que todos los sectores de la habitación sean de fácil acceso.
  • La caja –las cuatro paredes- puede tener color pero es conveniente que no sea agresivo: si el espacio es chico es mejor usar colores claros, combinando los colores de los muebles con las paredes y poniendo acentos en algún color vivo pero nunca en la pared.

  • Cuando uno proyecta una habitación, elige una paleta de colores y después una vez que se tiene definido eso se estudia dónde va a aparecer cada uno. Un buen recurso es elegir un color general y dar acentos con otro más intenso. Los acentos pueden estar dados por objetos, almohadones, cuadros o un ramo de flores, por ejemplo.
  • Antes de comprar el color que se eligió en la pinturería es bueno llevar el cartón de muestra y observarlo en el lugar con la luz de la casa ya que se ve siempre distinto, incluso las combinaciones que se van a hacer.
  • Si a la habitación le da el sol de la tarde y es muy caliente no es una buena idea usar amarillos que viren al naranja -como el maíz, por ejemplo-, es preferible un amarillo muy claro y con un toque de limón. Igualmente, los accesorios deberían tener pocos colores y más fríos.
  • Las paredes pueden estar pintadas con látex satinado que no es tan tóxico como el sintético y es más lavable que el opaco. También se puede empapelar, pero hay que saber que, si después de un tiempo se quiere pintar, hay que retirar todo el papel y pasar enduido completo, lo que significa un gasto extra. Si las paredes no están bien terminadas, si tienen ondulaciones o marcas que no se van a corregir, deben pintarse con látex común y no satinado ya que este último hace que todas las imperfecciones se noten más.
  • Para el piso, lo mejor es la madera, ya sea maciza o flotante. La cerámica es muy fría y los chicos están mucho en el piso, la moquete es sucia y si hay alérgicos además se torna peligrosa. Lo que sí se puede usar es una carpeta de algodón de las que se lavan en el lavarropas y, si hay lugar, es útil poner una alfombra tipo carpeta a los pies de la cama.
  • Los muebles deben estar hechos a escala con la edad de los niños. Los muebles pintados son mucho más cálidos y tienen más posibilidades que los de melamina. Si bien la laca es fácil de limpiar, muy durable y siempre queda perfecta, hay que tener cuidado con los golpes porque se marcan con facilidad y a veces es mejor una buena pintura de esmalte que es más fácil de repintar. Actualmente hay muchos muebles con partes de aluminio, chapa perforada, etc. que se pueden mezclar con los de madera y le da al cuarto un aspecto más canchero.
  • Es importante pensar en muebles para poder guardar los juguetes, placares con varios cajones y estantes para remeras y buzos así como un espacio para dejar la ropa sucia y también la mochila del colegio. Son muy cómodos los muebles con ruedas y si se trata de un escritorio es bueno que tenga ruedas con freno, para que sea fácil de cambiar de lugar y que después quede firme. En los muebles hay que usar buenas bisagras ya que los chicos muchas veces se cuelgan de las puertas.
  • Las cortinas deben ser fáciles de correr y no estar confeccionadas con materiales delicados.
  • No conviene ceñirse mucho a la moda al decorar una habitación, porque si se plantea con ese criterio a veces se nota más el paso de los años, pasa de moda enseguida y por ende deja de gustar. Es preferible mezclar estilos, utilizar colores neutros para los muebles y dejar para las paredes lo que está de moda, ya que se repintan más seguido, sobre todo cuando hay chicos utilizando el espacio.
  • La edad de los chicos es un dato fundamental a la hora de decorar, porque por ejemplo, un niño de 10 años pronto va a ser un adolescente y en un par de años o menos ya no le va a gustar el cuarto hecho para 10, porque a esa edad son muy cambiantes. 
  • Cuando son muy pequeños hay que estimularlos con objetos de formas variadas y muchos colores, y una buena idea es que todo eso esté dentro de una caja neutra. Los dibujos en las paredes de los cuartos o los papeles muy complejos cansan enseguida y, por otro lado, hay que tener en cuenta las diferentes funciones que cumple la misma habitación según la hora del día –durante el día tiene que ser un espacio estimulante para el juego, pero a la noche debe ser relajante para poder tener un sueño tranquilo-, por eso es importante tener espacios para guardar juguetes y ordenar los elementos escolares. Si el ambiente está bien diseñado, el guardado no es una tarea pesada.
  • Si son dos de diferentes edades en una misma habitación se puede buscar la manera de que puedan tener divididos sus espacios.
  • Cuando falta el espacio, siempre es posible recurrir a algunos trucos: elegir camas altas, pero cuidando que no lo sean en exceso y elegirlas de colores claros o casi iguales a la pared. Las cajoneras debajo de la cama también son un buen recurso a la hora de ganar lugar.
  • Si el ambiente es grande, se puede sectorizar la zona de dormir de la de otra actividad, con colores diferentes que pueden estar dados por la pintura de la pared, un empapelado o el color de los muebles.

Y como regla general, siempre es importante tener en cuenta la opinión de los chicos, que se los tenga en cuenta a la hora de elegir sobre todo en la decoración de ese espacio del que van a hacer uso exclusivo y con el que tienen que estar contentos para poder sentirlo como propio.

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