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Las fantasías sexuales, ese gran afrodisíaco

Gran parte de la actividad sexual de las parejas convivientes es sexo rutinario". Relaciones sexuales que pueden ser muy afectivas

Muchas de las parejas que conviven ven apagarse por momentos los fuegos de los primeros tiempos y asisten un poco desconcertadas a una sucesión de relaciones sexuales un poco insípidas, aburridas. Esto no tiene nada que ver con el amor que puede seguir desarrollándose y ser más intenso de lo que era en los comienzos. Es sólo que, a medida que pasa el tiempo, lo que era novedad ya no lo es y si se le agregan las rutinas del trabajo, los niños, las deudas, no hay romanticismo ni pasión sexual que resistan tanta presión y tanta familiaridad.

Es ahí donde la aparición y el mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar el erotismo.


¿Que son las fantasías?

La mente es muy poderosa y el deseo sexual justamente aparece en el cerebro, donde la fantasía sexual sirve como el más penetrante de los afrodisíacos, desencadenando en la cabeza el deseo. Todas las personas fantasean, ya sea conciente o inconscientemente, y es un comportamiento completamente normal para los humanos.  La fantasía sexual puede definirse como una imagen mental que se crea respecto a una persona, objeto o situación que puede provocar excitación sexual. 

Desde la infancia la mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y que pueden despertar una amplia gama de reacciones. Algunas son placenteras y excitantes mientras que otras pueden resultar desconcertantes y hasta incómodas. Una función esencial de la fantasía en la adolescencia es servir como ensayo, verse realizando acciones sexuales que aun no han transcurrido; por eso el adolescente pasa largo tiempo imaginando diferentes escenas eróticas con personajes de la ficción o con alguien conocido al que le resulta difícil acercarse.

El uso adulto de la imaginación sexual es muy variado.

  • Muchas veces es usada para inducir o aumentar la excitación sexual, cosa que puede suceder en solitario cuando no hay un compañero disponible pero también es común que sea usada durante la actividad sexual con alguien.
  • Otros la usan para incrementar la excitación y convertir la situación actual, en una más apasionada.


Las fantasías pueden aumentar tanto los aspectos fisiológicos como los psicológicos de la respuesta sexual, de muchas maneras:

1. Contrarrestando el aburrimiento

2. Focalizando los pensamientos y sentimientos (borrando distracciones o presiones)

3. Mejorando la propia imagen, etc.

Está clínicamente comprobado que aquellas personas que se permiten fantasear libremente y que disfrutan de sus fantasías sexuales, gozan de un alto deseo sexual. Por otra parte, la fantasía sexual permite una variedad infinita en la experiencia sexual, puesto que ésta se limita únicamente por la capacidad imaginativa que tiene cada persona. 

La fantasía sexual otorga absoluto control a la persona.  Es como si el que las experimenta se transformara en director de una película y el resultado final fuera perfecto.  Resulta maravilloso que en una fantasía el otro sepa cómo, cuándo y de qué manera debe tocar, besar, hablar, acariciar, chupar y, en ocasiones, hasta morder para provocar los más altos niveles de excitación y placer.

Las fantasías sexuales también promueven un ambiente seguro para dejar ir la imaginación y que surjan con fuerza los sentimientos sexuales. Son seguras porque son privadas y ficticias: la privacidad asegura que las fantasías no serán descubiertas mientras que el aspecto inventado de las fantasías libera de responsabilidad y permite jugar con ellas. Y ser el director de la escena, implica poder cambiarles el rumbo o suspenderlas abruptamente si dejan de resultar atractivas.

Las escenas fantaseadas, si bien sólo son excursiones de la mente, ayudan a encontrar excitación, aventura, autoconfianza y placer.

De esa manera se recrean escenas pasadas y se arman otras con cosas que se desean pero que no son llevadas adelante por miedo o falta de atrevimiento, o porque simplemente se quieren resguardar como fantasías.

Lo habitual es querer mantener las fantasías en la imaginación y no llevarlas a la realidad.  Sin embargo, algunas parejas deciden hacer realidad algunas fantasías que comparten.  En estos casos, es muy importante que se tenga en cuenta que jamás será lo mismo lo fantaseado a lo vivido.  Otro punto muy importante es que una vez llevadas a la realidad, la fantasía suele perder su carga erótica, su magia. 
 
Hoy en día, los avances tecnológicos han contribuido a que se desarrollen nuevas maneras de estimular las fantasías.  Las computadoras y el acceso a la red de Internet proveen un extenso intercambio de material pornográfico y comunicación interactiva para compartir fantasías.  Son nuevas maneras que permiten que tanto hombres como mujeres expresen su creatividad sexual de manera segura y anónima.  Generalmente los hombres tienden a utilizar material explícito como parte de sus fantasías – fotos, películas, etc. – mientras que las mujeres tienden a preferir una erótica más tenue, como en la lectura, donde se utiliza aún más el factor imaginativo y romántico para despertar la excitación sexual.

Lo importante es poder disfrutar de esta libertad que otorga la imaginación y pensar en cuánto se goza cuando de fantasías se trata.



Asesoró: Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga clínica. Sexóloga clínica.

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