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Reflexoterapia: Técnicas terapéuticas para el bienestar físico y emocional

La reflexoterapia se basa en la idea de que existen puntos específicos a lo largo del cuerpo interconectados con órganos internos. Con técnicas especializadas –masajes, palpación o presión sobre esas zonas- se puede detectar y tratar desequilibrios –enfermedades- sobre todo el organismo.

Durante siglos, diversas culturas y antiguas civilizaciones como China o Egipto utilizaron principios curativos convencidos de que una acción local en ciertas zonas del cuerpo provoca una respuesta en órganos o funciones internas que permiten restablecer su normal funcionamiento.

La reflexoterapia es una técnica terapéutica que consiste en estimular puntos clave que se hallan en zonas del cuerpo que, como un mapa, representan o reflejan órganos, sistemas y funciones de todo el organismo con el objetivo de activar la capacidad curativa del propio cuerpo y recuperar el equilibrio, es decir, el estado de salud.

Si bien la reflexología o reflexoterapia podal, que trabaja masajeando la planta de los pies, es la más difundida de las reflexoterapias, en el cuerpo se encuentran diferentes zonas que son el reflejo del medio interno. Dentro de las reflexoterapias localizadas se hallan la reflexología de la mano o acropuntura, facial, auricular, nasal y craneal, entre otras.

La reflexología proviene de antiguas disciplinas orientales como la acupuntura, que sostienen que el organismo está recorrido por una energía que circula a través de canales denominados meridianos. La vía refleja, por la cual se transmite una estimulación local, seguiría el trayecto de estos meridianos energéticos. A través de las zonas reflejas, se puede evaluar el estado de una estructura o función orgánica y trabajar terapéuticamente. La presión manual que se ejerce sobre una zona, activa las terminaciones nerviosas y la energía del propio cuerpo, normalizando el desequilibrio, es decir, la enfermedad, y tratando “a distancia” el órgano representado.

A comienzos del siglo XX, William Fitzgerald, un médico americano, comenzó a implementar estas técnicas terapéuticas con sus pacientes, observando que la presión que ejercía sobre puntos de las manos producía un efecto analgésico sobre distintas partes del cuerpo. Estas experiencias le permitieron desarrollar la teoría de la “Terapia Zonal”, en la que dividió al cuerpo en diez zonas trazadas verticalmente que tenían en manos y pies su correspondiente área refleja.

Pero además, existen reflexoterapias que trabajan sobre puntos reflejos no localizados en una zona determinada, sino que recorren todo el cuerpo. La observación de las transformaciones de la superficie corporal –musculares, cambios cutáneos, en tejidos- permiten establecer la relación con el órgano afectado, detectar la dolencia y tratarla a través de técnicas manuales.

También durante el siglo pasado, comenzaron a desarrollarse terapias que actúan sobre el sistema nervioso entre las que se encuentra la reflexoterapia clínica y la conectivoterapia, disciplinas nuevas en Argentina, pero con más historia en Europa.

En la reflexoterapia clínica la vía de conexión con órganos y funciones internas es anatómica y fisiológica: se realiza entre el sistema nervioso periférico –nervios y neuronas que se extienden hacia los miembros y órganos- y los centros nerviosos -constituidos por el encéfalo y la médula espinal-. De esta manera, es posible actuar desde la periferia y reprogramar el sistema nervioso para corregir la información patológica.

Esta terapia evalúa la condición del organismo a través de los distintos tejidos del cuerpo (piel, hueso, músculo, ligamento), pero principalmente, palpando el estado del tejido conectivo de la espalda, cabeza, abdomen y tórax, para saber qué músculo, arteria u órgano puede tener un problema.

Particularmente, estas reflexoterapias no actúan aliviando el síntoma –el dolor de cabeza, por ejemplo- sino que tratan lo que lo originó, logrando así el equilibrio y la eliminación de la causa. El arte terapéutico consiste en reprogramar manualmente el cuerpo para borrar las dolencias.

Las reflexoterapias son una herramienta terapéutica que ayuda a prevenir el estrés, favorece la relajación, alivia dolores corporales (tensiones musculares, lumbalgias, ciática), mejora afecciones del aparato digestivo, alteraciones en el sueño, tienen una acción sobre trastornos endócrinos leves, ciertas neuralgias, estimula el sistema circulatorio, glandular y linfático, entre otros beneficios.

En síntesis, las reflexoterapias son terapias naturales que no requieren recetas ni medicamentos, sino que estimulan la capacidad del cuerpo de autocurarse y son beneficiosas como complemento de tratamientos de la medicina tradicional y para mantener el buen estado de salud.


Asesoró: Paola Dell’Aica, reflexoterapeuta, docente de Conectivoterapia en la Fundación de Altos Estudios en Conectivoterapia y Osteopatía.

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