Terapia Gestáltica

Gestalt es una palabra alemana, cuya traducción a nuestro idioma sería: forma, configuración, estructura.

La gestáltica es una terapia holística (del griego holos: todo) basada en que ”El todo es más que la suma de las partes”. La persona es concebida como una unidad conformada por cuerpo, mente y emoción y que además se relaciona con otras, siendo esta relación también campo de análisis.

Este tipo de terapia se basa en el “Aquí y ahora”; a diferencia del psicoanálisis, el énfasis se pone en la experiencia presente más que en la indagación de las vivencias  infantiles o pasadas.

A través de la estimulación del enfrentamiento directo con los propios temores, la gestáltica apunta al “Darse cuenta”. Para lograrlo, esta terapia va más allá del análisis de los pensamientos y trabaja con el cuerpo y sus percepciones, sumando a las charlas algunos juegos o actividades para que el paciente pueda distinguir sus problemas.

Darse cuenta, aquí y ahora, es el fin de este tipo de terapia cuyas técnicas se basan en la experiencia vivencial, el experimento y el laboratorio.

Experiencia vivencial: “Darse cuenta aquí y ahora” a través de las expresiones no sólo verbales sino también corporales de las emociones, percepciones y sensaciones. Es el conjunto de conocimientos sobre sÍ misma que adquiere la persona en el momento de la terapia.

El experimento: Tiene que ver con una serie de actividades que plantea el terapeuta para que el paciente se contacte con las situaciones inconclusas que lo aquejan. Pueden tratarse de juegos o representaciones teatrales que surjan en el momento, a través de las cuales la persona pueda elaborar sus problemas y “darse cuenta”.

El laboratorio: Similar a la etapa del experimento, implica la incorporación de más personas, generando un trabajo en grupo guiado por el especialista.

El objetivo de la terapia gestáltica es que las personas aprendan a tomar conciencia de cómo son y obtengan las herramientas necesarias para aceptarse a sí mismas.