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Una cartera para cada mujer

Si hay un accesorio que se ha vuelto imprescindible con el paso de los años y que se ha ido adaptando a los distintos mandatos de la moda sin quedarse nunca afuera es, sin duda, la cartera. Pero no cualquier cartera es adecuada para cualquier mujer. ¿Cómo elegirla?

Ya sea en el momento de adquirir una cartera nueva o de sacar una del placard para combinar con la ropa que se lleva puesta, hay que tener en cuenta unas cuantas cuestiones.

La ocasión: no es lo mismo elegir una cartera para acompañar un equipo deportivo de fin de semana que para asistir a una entrevista laboral o a una fiesta. Es conveniente ir adquiriendo diferentes estilos de carteras para combinar en estas diferentes situaciones: mochilitas o carteras tipo bolsitos deportivos, un par de carteras clásicas y de colores neutros para llevar al trabajo –aquí hay que tener en cuenta si se trasladan papeles u otros elementos, para elegir una cartera con los compartimentos adecuados-, un sobre negro con algo de brillo para la noche, algunas carteras más coloridas y bien a la moda para las salidas informales, un bolso que puede ser de rafia para las vacaciones y la playa, algún maletín o bolsa que pueda complementar la cartera si se deben trasladar muchas cosas, para no cargarla demasiado.

La contextura física de su dueña: la altura y la contextura de la mujer son fundamentales a la hora de decidirse por una cartera. Las carteras muy grandes suman volumen, por lo que no son convenientes para las mujeres muy corpulentas ni para las bajitas y de contextura muy pequeña, porque generan un efecto de desproporción. Con el mismo criterio, una mujer corpulenta no debería elegir una cartera demasiado pequeña. Las tiras muy largas no son adecuadas para las mujeres de baja estatura y hay que tener en cuenta que la atención se centra en la zona del cuerpo donde cae la cartera: si el tronco es robusto, es mejor que las correas sean más largas y la cartera llegue a la cintura o a la cadera. Si, por el contrario, hay un exceso de peso alrededor de la cadera, las correas deberían ser cortas para que la cartera quede cerca del pecho.

Los zapatos que se llevan: las seguidoras de un estilo más tradicional preferirán, sin duda, combinar sus zapatos con la cartera en cuanto a material y color –y hay quienes ya compran el conjunto que tiene, por ejemplo, los mismos herrajes-. Esta es una fórmula que no falla, pero las más audaces pueden atreverse a dejar un poco de lado esta regla y usar colores que se complementen entre sí, o hasta contrapuestos, todo depende del estilo de cada mujer. Lo que sí sigue vigente es la combinación de los zapatos con el cinturón, una norma que es más importante que la de combinar la cartera con lo que se usa en los pies.

Cuidar el peso que se transporta: una cartera demasiado pesada afecta la estética –porque modifica la postura, que se inclina hacia el lado que traslada el peso- y hasta puede afectar la salud si se la usa a diario –una cartera demasiado pesada puede ocasionar dolores en el hombro, en la clavícula, contracturas musculares y hasta bursitis, una inflamación que es muy dolorosa-. Para evitar estos trastornos, además de aliviar el peso de la cartera, conviene alternar el hombro en el que se la usa, para que el peso sea compartido.

Para comprar, hay que diferenciar lo que puede ser una cartera muy de moda, que tal vez no sirva para más de una temporada, de las básicas –clásicas de cuero negro o marrón- en las que conviene invertir porque pueden durar años y no pasan de moda.