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Características del niño: 4 años y 6 meses

Tu hijo ya sabe que existen diferencias físicas entre hombres y mujeres y a esta edad “estudia” las diferencias de comportamiento. Por eso, puede suceder que aparezcan ciertos comportamientos estereotipados en el esfuerzo de identificación con el propio sexo: incluso en familias donde no se hacen diferencias de este tipo, los chicos de 4 años pueden mostrarse ofendidos y asegurar que “los varones no juegan con muñecas”.

La respuesta de los padres puede reforzar este estereotipo o abrir la posibilidad de repensarlo.

Además de las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres, tu hijo “estudia” el comportamiento de los animales y los objetos. Se interesa muchísimo por el origen de las cosas: los planetas, los dinosaurios, los inventos, la religión, etc.

También puede analizar su propio comportamiento y es capaz de reconocer su responsabilidad cuando hace algo indebido.

Tu hijo “detective” puede contar hasta 10 y encuentra especial placer en una actividad que lo acerca a la matemática y a la química con sólo ponerse el delantal: ¡sí, la cocina!

Observar cómo una mezcla líquida sale del horno convertida en un delicioso bizcochuelo o cómo la masa con levadura crece al doble de su tamaño son experiencias que todo niño de 4 años disfruta al máximo. El uso de la balanza y las cantidades que marca la receta le permiten acercarse a los números y leer la receta con ayuda, al mundo de la lecto-escritura. Una buena idea es ir armando un cuaderno con sus recetas preferidas y comentarios acerca de cómo le salieron y cuál le gustó más. Ahí, podrá dibujar y escribir como pueda y tendrá su libro de cocina personalizado.

El libro del bebé o diario –que a esta edad puede haber quedado un poco olvidado- debe desempolvarse para seguir anotando logros. Anotar cuándo fue la primera vez que tu hijo amasó será un recuerdo que quedará registrado para toda la vida.
 

¿A qué jugamos?
Como los “científicos” y “detectives” que son, a los chicos de 4 años les gusta mucho hacer pequeños experimentos como decolorar en agua el papel crepe o la remolacha. También dibujar con hisopos mojados en jugo de limón en una hoja blanca y, cuando se seca, pasar el dibujo sobre una vela y… mágicamente aparece el dibujo. Usar crayones gordos derretidos con vela para hacer dibujos raros es otra posibilidad que les va a gustar. Eso sí: si se usa vela tiene que haber un adulto supervisando la actividad permanentemente.

Educación y estimulación