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Embarazo ectópico

Aproximadamente 2 de cada 100 embarazos ocurren fuera del útero. El embarazo fuera del útero, también conocido como ectópico, muchas veces trae aparejado ciertas alteraciones en las trompas que producen esterilidad

Embarazo fuera del útero o ectópico


Aproximadamente 2 de cada 100 embarazos ocurren fuera del útero; aunque la localización más frecuente es la trompa de Falopio, en casos excepcionales puede producirse en el ovario, en el cuello del útero o en la cavidad abdominal. Sobre esta última localización cabe remarcar que existe la posibilidad, si bien remota, de que el embarazo llegue a término con el nacimiento de un bebé desarrollado enteramente fuera del útero. No obstante, y dado que la mayoría de los embarazos ectópicos ocurren en la trompa, en lo sucesivo se hará referencia a esta ubicación.

El embarazo ectópico o tubario es incompatible con el desarrollo del embrión. Por cuestiones de espacio, ya que anatómicamente la trompa no está preparada para alojarlo, el crecimiento del embrión termina rompiendo la trompa entre la 5º y la 6º semana de embarazo y esto causa una hemorragia interna que pone en peligro la vida de la madre.

En circunstancias más favorables para la mujer, puede suceder que el embrión detenga su desarrollo de manera espontánea. La unión del óvulo con el espermatozoide ocurre en la trompa y el embrión formado tarda alrededor de 5 o 6 días en llegar al útero donde se implanta. Si el embrión es demorado en su viaje por la trompa, adquiere la capacidad de implantarse cuando aún se encuentra dentro de la misma produciéndose el embarazo ectópico.

Los motivos por los cuales el proceso de transporte del embrión al útero no se completa normal y satisfactoriamente están estrechamente vinculados con las enfermedades de la trompa. Entre los principales factores de riesgo que conducen a un embarazo ectópico se cuentan las secuelas de enfermedades de transmisión sexual, en especial la infección por Chlamydia, los antecedentes de cirugía de la pelvis y, particularmente, el haber tenido antes un embarazo ectópico. De igual manera, otros factores como el consumo de cigarrillos en el momento de embarazarse, que la mujer sea mayor de 35 años, o que el embarazo sea producto de una inducción de la ovulación con citrato de clomifeno -o de una técnica de Reproducción Asistida- también pueden aumentar el riesgo de un embarazo tubario.

En la actualidad, los profesionales discuten el grado de responsabilidad del uso del dispositivo intrauterino (DIU) y el aumento del riesgo de embarazo ectópico; aparentemente el DIU previene un embarazo intrauterino pero no actúa sobre al prevención de un embarazo en la trompa. 

 

Diagnóstico


La rotura de un embarazo ectópico no solo deja sus secuelas en la fertilidad sino que conlleva una alta tasa de mortalidad: en los países desarrollados es la principal causa de muerte en mujeres jóvenes. Por tal motivo, diagnosticarlo precozmente es esencial para prevenir su rotura.

Se debe descartar un embarazo ectópico en toda mujer embarazada que lo haya padecido con anterioridad, también cuando registre antecedentes de enfermedades o cirugías tubarias, cuando haya logrado el embarazo luego de un tratamiento por esterilidad, y en aquellas que se embarazan a pesar de tener colocado un DIU.

También se debe sospechar un embarazo ectópico en una mujer con atraso en la menstruación que consulta por pérdidas de sangre, o en presencia de dolor en la zona de las trompas.

Ocurre que, cuando el embarazo ectópico se complica con la rotura de la trompa, se produce una hemorragia interna con intenso dolor y una caída de la presión arterial, que pueden llevar a la paciente al shock y a la muerte. Por consiguiente, es imperioso diagnosticarlo de inmediato y antes que se produzca la rotura de la trompa.

El diagnóstico de embarazo ectópico no complicado se realiza cuando los análisis de embarazo dan positivos y no se observa al embrión en el útero por ecografía pese al tiempo de embarazo o en algunas ocasiones es posible observar el embrión dentro de la trompa a través de la ecografía. El diagnostico se confirma con la visualización de la trompa a través de la laparoscopía.

Tratamiento


Ocasionalmente, el embrión localizado en la trompa detiene su desarrollo en forma espontánea y se reabsorbe no necesitando de un tratamiento adicional; pero esto es poco frecuente. Se puede detener el curso del embarazo con la administración de una medicación muy potente llamada metotrexate, que interrumpe el desarrollo del embrión en un 95 por ciento de los casos.

Como en la mayoría de los embarazos ectópicos se realiza una laparoscopía para su diagnóstico, en el mismo acto quirúrgico se procede al tratamiento del mismo. Si la trompa no está muy dañada se extirpa el embrión a través de una pequeña incisión en la misma, que se dejará abierta para que cicatrice sola.

En presencia de signos más graves, como un daño severo de la trompa que haga suponer una pérdida de su función reproductiva, cuando existen antecedentes de ectópicos anteriores en la misma localización o cuando la mujer no tiene deseos de futuros embarazos, la trompa se debe extirpar y en todos los casos se deben conservar los ovarios.

El objetivo esencial del tratamiento de los embarazos ectópicos que no presentan complicaciones es preservar al máximo la fertilidad futura.

El seguimiento clínico de las mujeres operadas por embarazos ectópicos demuestra que la fertilidad se ve disminuida al tiempo que aumenta el riesgo de volver a tener un embarazo ectópico tanto en la misma trompa, si la misma fue conservada como, aunque en menor grado, en la trompa contralateral.

Luego de sufrir un embarazo ectópico y al cabo de un año de intentar el embarazo, el 64 por ciento de las mujeres lo consigue; y de estas en el 87 por ciento el embarazo se ubica correctamente, dentro del útero, mientras que el 13 por ciento restante repite un ectópico. 

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