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Qué es el sharenting y por qué influye en el futuro de tus hijos

 “Mamá, ¿por qué no me pides permiso antes de poner mi foto en Facebook o Instagram? Esto preguntan los niños que ven que sus padres suben fotos suyas a las redes sociales sin su consentimiento. Los límites poco definidos de la privacidad son hoy en día un problema para todos, incluso para los niños. Especialmente porque no tienen control sobre su propia huella digital. La simple irrupción de la privacidad puede convertirse en material potencial para el acoso.

A medida que nuestros hijos crecen, pueden volverse contra nosotros acusándonos de que no les hemos permitido, o que al menos les hemos dificultado, elegir quiénes quieren ser, tanto en el mundo digital como en el real. 


Las desventajas del sharenting

La información online tiene el potencial de permanecer indefinidamente en Internet como una huella digital.
Si nos damos cuenta hoy de cuánto podemos influir en la huella digital de nuestros hijos, los protegeremos del acoso cibernético y otros 
problemas psicológicos, además podremos influenciar sus relaciones sociales y oportunidades de manera positiva, como los ciudadanos digitales en los que se están convirtiendo. 
 

¿Qué es la huella digital?


Huella digital pasiva
Cualquier información que dejas en el espacio online sin saberlo y que no es directamente visible. Por ejemplo, el tipo de navegador que usas, el modelo del dispositivo, la configuración de idioma, el sistema operativo o la dirección IP, que quedan almacenados en la base de 
datos del proveedor de Internet o en los servidores del proveedor de servicios.


Huella digital activa
Todos los datos que proporcionas y publicas deliberadamente en Internet. Por ejemplo, correos electrónicos, publicaciones de blogs, Me gusta, comentarios, videos o textos compartidos en redes sociales y mensajes de chat: todos ellos se convierten en tu huella digital activa.


En general los hijos de madres y padres a los que les gusta compartir fotos de sus hijos, pasan más tiempo en las redes sociales, ya que imitan su comportamiento. Para ellos, conseguir “Me gusta”, comentarios positivos y el aprecio de una audiencia puede convertirse fácilmente en el principal impulso de sus vidas. 

En ciertos casos, incluso puede abrir la puerta a diversas formas de explotación física o virtual, como el robo online de la identidad del niño por un tercero que lo hace pasar como propio. O peor aún, los datos pueden terminar en manos de depredadores online que los usan como un elemento para comerciar en la Dark Web.


Si no puedes evitar publicar fotos de vez en cuando, es importante que controles la configuración de privacidad de todo el contenido compartido. Siempre pregúntate: ¿A quién le pertenece? ¿Quién tiene acceso a todos mis datos? ¿Los terceros pueden ver parte de mi información?

Y habilita notificaciones para poder hacer un seguimiento de dónde aparece la información publicada.


Además, evita compartir fotografías explícitas de tus hijos, por ejemplo, cuando se están bañando, incluso aunque sean bebés.

Las fotos se pueden copiar con una captura de pantalla o descargar y reenviar a cualquier persona si no están debidamente protegidas. Y cuando se muestran en un contexto diferente, pueden ser una fuente de riesgos.


Ten en cuenta que si subes información y luego la borras, por mas que se haya borrado correctamente de la fuente principal, aún puede reaparecer en Internet en el futuro y convertirse en una carga para tus hijos, dificultando posibles solicitudes de empleo o el inicio de nuevas relaciones

 

Las redes sociales sin duda tienen su lado positivo pero hay que usarlas con prudencia
 

Hijos Tecnología y familia