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Conocé la postura que recomienda no acostumbrar a los chicos a comer postre

¿El postre es solo una costumbre? ¿Por qué elegimos lo dulce como postre? ¿Es malo darles postre a los chicos?

“¿Quién no le dijo a su pequeño hijo alguna vez ‘Si terminás el plato te doy este chocolate’? ¿O quién no le dio a su bebé el puré de zapallo primero y luego el de banana o manzana? En el menú humano, el último elemento servido es lo dulce. Hemos aprendido a sentir que, si no ha habido algo dulce, no hemos concluido nuestra comida. A este fenómeno se lo conoce como ‘efecto postre’. Es una preferencia por lo dulce, adquirida por aprendizaje asociativo”, dice la doctora Mónica Katz, médica especialista en Nutrición (UBA), en su libro "No Dieta, puentes entre la alimentación y el placer", de la Editorial Libros del Zorzal.

La especialista, que fundó e integró durante casi 20 años el equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Durand y hoy es Directora de los Cursos de Posgrado del Área de Nutrición de la Universidad Favaloro y Directora Asociada de la Carrera de Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro, nos lleva a poner en duda un hábito muy arraigado: el de comer postre.

“Por convención cultural los humanos en occidente comemos  primero puré amarillo y luego puré de banana o manzana. Lo único científico que sostiene  esta indicación es que la preferencia por el gusto dulce es innata y quizás si les ofrecemos a los chicos primero lo dulce, logren saciedad con eso y no coman la comida. Entonces quizás el secreto sea no dar una porción grande de alimento dulce y tampoco demasiado azucarado –señala la nutricionista-. El resultado de siempre dar lo salado primero y luego lo dulce al final es que los efectos postingestivos agradables relajantes, nutricionales, de TODO el menú se asignarán, por asociación, a lo último: lo dulce. Esto genera mayor preferencia por ese tipo de alimento a lo largo de la vida”.

Para no reforzar esa preferencia, la doctora Katz recomienda comer –y darles a los chicos- lo dulce solo, fuera de las comidas; hacerlo fuera del menú o luego de una hora de haber finalizado.

 “No es que sea malo comer la fruta, el postre o la golosina al final, pero de este modo mucha gente lo come sin necesidad o hambre reales”, explica la doctora, Directora del Área Médica de Fat-Fit.

¿Te animarías a hacer la prueba y dejar de darles SIEMPRE postre a tus hijos o pedirles que esperen un rato para comerlo?

Niños Nutrición infantil

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