Pasar al contenido principal

La privacidad a cambio de un "like"

El último año de escuela es memorable y muchos chicos eligen compartir todos los momentos en redes sociales, exponiendo información personal y fotos, tanto a amigos como también desconocidos.

El último año del colegio secundario es memorable para todos los adolescentes. Muchos esperan con ansias sus varios festejos como egresados, otros disfrutan el proceso de compartir este momento con sus compañeros por última vez y, algunos otros, ya proyectan entusiasmados su inserción en el mundo universitario. Y no son solo los jóvenes, sino también los padres quienes esperan que llegue el día en que sus hijos cierren esta etapa. 

Publicaciones de fotos y videos

Instagram y Twitter son las redes más elegidas. Facebook acoge también algunas de estas cuentas. En líneas generales las fotos y videos publicados son tomados en fiestas y reuniones, durante situaciones incómodas para muchos de los jóvenes, e incluso en espacios íntimos. De esta forma se pone en juego su privacidad y reputación, entre otras cuestiones, y lamentablemente los futuros egresados no siempre son conscientes de cómo puede esto afectarlos a futuro.  
Tal vez, como padre, te preguntes a qué situaciones nos referimos exactamente cuando decimos 
que son incómodas y/o privadas. Pues bien, existen algunas características comunes, entre ellas, las imágenes de jóvenes alcoholizados, tirados en el suelo o dormidos y vistiendo muy poca ropa, y hasta llegó a reproducirse en varios perfiles una práctica que parece estar “de moda” denominada upskirt, que consiste en tomar fotografías por debajo de la falda de una mujer. De todas maneras, cabe destacar que no todas las cuentas son exactamente iguales, por lo que, si tienes hijos cursando su último año de colegio secundario, puede ser una buena idea supervisar el manejo que hacen de las redes.  


Ganar popularidad en las redes

Ahora bien, ¿con qué fin se crean estas cuentas? El principal objetivo es ganar popularidad, obtener seguidores para que los conozcan y, en última instancia, que esto se traduzca en una mayor cantidad de participantes en los eventos que el curso organice, principalmente la fiesta de egresados de fin de año. Entra en juego aquí un sentido de competencia: compiten contra grupos de estudiantes de colegios vecinos, contra promociones de años anteriores de su propia escuela, e incluso a veces contra sus propios compañeros de curso… ¿Cómo? La foto con más “me gusta” o más comentarios, o el video más reproducido, generan cierta sensación de orgullo en el o la protagonista.
Pero nos enfrentamos aquí a otro conflicto: ¿Existe realmente consenso por parte de todos los estudiantes que figuran en las imágenes de subir ese contenido? Tal vez haya una mayoría dispuesta a hacerlo, pero esto no significa que haya un acuerdo total, y tampoco podemos obtener esa respuesta con solo acceder a los perfiles. Ahora bien, si las imágenes no siempre son tomadas con conocimiento de los jóvenes, pero de todas maneras se suben al perfil, podrían incluso derivarse de esta práctica casos de ciberbullying, lo que vuelve aún más esencial el diálogo con los adolescentes. 


Imágenes en archivo

¿Y qué pasa si miramos más a futuro? Una vez terminado el colegio secundario, llegará la hora de entrar a la universidad. Quienes decidan hacerlo, ingresarán entonces en un nuevo ámbito, con compañeros que no conocen, en búsqueda de un título que les permitirá ingresar más tarde al mundo laboral como profesionales. Y si bien el pasado queda atrás, existe un archivo que puede traerlo al presente, más aún si parte de ello fue compartido en redes sociales, a las que siempre puede accederse y donde nada desaparece realmente (algunos de estos perfiles se usan incluso para conocer más sobre los candidatos en ciertas entrevistas laborales).
Además, al tratarse justamente de cuentas públicas, es también importante resaltar que cualquier miembro de la familia de los jóvenes, como abuelos, tíos o hermanos menores, pueden tener acceso al contenido que circule por allí. Y no solo eso, sino que pueden ser personas que los jóvenes jamás han conocido quienes vean las publicaciones, e incluso entren en contacto con ellos, ya sea haciéndose pasar por otro individuo, convirtiéndose los jóvenes en potenciales víctimas de Grooming, o simplemente dejando allí sus comentarios, no siempre agradables o apropiados.


El uso que hacen de la redes

La tendencia existe y está en crecimiento. Se busca ganar popularidad y “ser mejor que el resto”, haciendo lo mismo que el resto… ¿pero por qué querer parecerse si se puede ser distinto?  Tal vez, compartir algunos de estos ejemplos con los jóvenes despierte algo en ellos que los impulse a ir por otra vía a la hora de “ganarse a sus públicos”. 
La pregunta entonces es: en este mundo en el que el “like” se ha vuelto el capital más valioso, ¿dónde ha quedado la privacidad? ¿Vale más la popularidad del instante que la reputación a futuro? Como padres, vale la pena invertir tiempo en conocer más acerca del uso que hacen los jóvenes de las redes, conversar con ellos sobre cómo podrían verse afectados por lo que allí se publique y supervisar el manejo que hacen de las mismas. 

Por Digipadres

Adolescentes Tecnología