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Qué hacer con los hijos en el verano

Con esta sensación térmica y el cuerpo abrazado por el calor, tratamos de hacer funcionar el cerebro , de ser creativos y de imaginar qué hacer con los hijos en esta estación tan florida , donde las mayoría de los colegios nos los devuelven como diciéndonos: “Arréglense como puedan”.

Tal vez no salgamos de vacaciones o nos vayamos el mes que viene... El verano es lo suficientemente largo como para que sea necesario mitigarlo con ingenio.

Cuando vivimos en casa o departamento


Una cuestión que aparece como un dato más al llenar cualquier tipo de solicitud o el remitente de las cartas, es en realidad todo un tema que nos abre o nos cierra a las posibilidades más disímiles.

Vivir en un departamento, a veces, sobre todo cuando es muy pequeño, se parece poco a vivir. Hay que desarrollar mucho la imaginación para transformarlo en un lugar lo suficientemente cómodo como para que toda la familia tenga sus espacios, y puedan ejercer su libertad de moverse y de actuar, molestando lo menos posible a los otros.

Si se tiene ganas, paciencia, y buen humor -lo cual no siempre es fácil, menos en verano-, la pequeña morada puede ser el más querible de los hogares.

Un ejercicio: pararse en el medio del departamento y observarlo bien .

¿No hay posibilidades, corriendo muebles o aunando varias plantas en una sola maceta, o donando la vieja mecedora en la que ya nadie se sienta, de ganar unos cuantos metros?

Muchas cosas que están en el piso pueden ser colgadas, el televisor y la video, por ejemplo.

La parte inferior de las camas o de otros muebles, como la mesa ratona, pueden ser buenos lugares para “esconder a la vista” los más diversos objetos (libros, máquinas de escribir, el triciclo que está en desuso, las mantas del invierno, etc.). Así se ganarán otros rincones o se podrán resignificar los mismos con nuevas utilidades.

Si tenemos un balcón más o menos razonable, hay pequeñas piletas inflables que se adaptan para una buena refrescada infantil ,y que son una buena propuesta “antimufas” estivales.

Si el balcón es de esos qué se llama francés, a no desesperar, el bebé podrá jugar igual con agua si le proporcionamos diferentes potes, botellas descartables, tupers y cucharas.

Si no se tiene ningún balcón, buscar una plaza cercana y generar una especie de rutina con horarios determinados para salir de paseo. Conocer allí otras madres con necesidades similares, y con hijos de la misma edad, para hacer más amena cada salida y lograr así un “grupo de pertenencia” sin necesidad de ir a un club o anotar al niño en alguna colonia.

Ahí seguramente será posible armarse de un grupo que nos haga más placentero el verano a todos. Los fines de semana pueden invitar a los papás, para que conozcan qué es lo que están haciendo habitualmente.

Claro que estas opciones son si la mamá no trabaja o tiene alguna labor, la docencia por ejemplo, que le deja el verano libre.

Si vamos a permanecer la mayor parte del tiempo en el departamento, no permitir, ni menos fomentar que, con la excusa de que no hay lugar para otra cosa, el o los niños estén todo el tiempo mirando la televisión o las pantallas

No olvidarse también, como tantos otros, que:

  • Existen los libros
  • Las muñecas
  • Las témperas
  • Los baños interminables con espuma o juguetes flotando en la bañera
  • Los fideos para enhebrar collares
  • Las pinturas de mamá para maquillarse
  • Las cáscaras de las papas “para cocinar”
  • Los polvos instantáneos para hacer postres sin cocción
  • Los amigos lejanos para escribirles cartas...


Si se tiene la fortuna de vivir en una casa, tenemos la mitad del problema solucionado.

Si la casa no tiene pileta “de verdad”, se puede armar una de lona plástica. Las hay de diferentes tamaños, de distintos colores y son por lo general muy económicas, y bien cuidadas duran años.

El patio y/o el jardín van a ser los reductos obligados en esta etapa. Los chicos tendrán muchas posibilidades de juego sano y agradable.

En casa, no olvidarse de que los niños podrán:

  • Invitar compañeritos de la escuela a jugar.
  • Armar “carpas” con sábanas y broches para la ropa.
  • Baldear el patio (siempre con la supervisión de algún adulto).
  • Tener algún animalito (con responsabilidad, no solo por las vacaciones).
  • Jugar con barro. Modelar.
  • Ayudar a los papás con la jardinería.
  • Bañar a las muñecas.
  • Lavar y colgar ropa.
  • Pintar murales con rodillos o brocha y témperas, sobre papeles grandes dispuestos en alguna pared.
  • Entrar y salir de la pileta todas las veces que deseen.
  • También podrán mirar un poco la tele. Cómo no, un poco.


Atención: siempre que hablamos de agua en algún recipiente grande, como son las piletas y/o bañeras, hablamos de peligro. No todo es tan divertido como parece. Por eso es importante ser precavidos, no considerar s que porque ya son grandes, o saben nadar, no hay que mirarlos. Cuando los chicos están en el agua, que siempre haya un adulto, no otro niño, que los vigile.

La responsabilidad es muy grande, y en el caso límite de un accidente, para un menor que supuestamente estaba a cargo, las consecuencias (cuestionamientos, culpa, etc.) son aún más graves que para una persona grande.

 

Para los que sigan en la escuela


Cada día son más las escuelas que continúan, durante los meses del habitual receso escolar, con una actividad de colonia de vacaciones o de recreación de verano, que merece la pena evaluar.

Esta propuesta, cada vez más difundida, responde evidentemente al aumento de mujeres que continúan con su actividad laboral, aún luego de ser madres. Estas mamás que trabajan necesitan que, de alguna forma, el ritmo que han implementado durante el año con jardín o escuela de jornada completa, por ejemplo, continúe durante diciembre, enero y febrero. Si la propuesta es seria y responde a una planificación determinada, no al simple hecho de que las horas pasen proponiendo como única alternativa diferente la pileta, es una buena manera de encarar el verano.

Si la escuela a la que los chicos concurren habitualmente no hace colonia, entonces puede ser válido buscar otra opción, tratando de conseguir referencias fehacientes en relación a la institución que convoca, y a los profesionales que estarán a cargo de los grupos.

Temas a tener en cuenta:

- Si en la colonia va a haber nenes de diferentes edades, observar cómo serán integrados, si se los divide por edad cronológica, si se los agrupa a todos en forma indiscriminada, o si se los separa siguiendo algún otro parámetro (experiencia en el agua, por ej.).

- Si la actividad incluye el almuerzo, cuidar que el mismo sea nutritivo y variado; servido en un espacio acondicionado para tal fin y que, por sobre todas las cosas, sea acorde a las temperaturas reinantes.
 
- Si deben llevar una vianda, asegurarse de que la misma será guardada hasta la hora de comer en una heladera o lugar refrigerado, ya que, de lo contrario, se correr el riesgo de que alguno de los alimentos se ponga en mal estado.

- Si no conocemos los detalles de la organización, no tener miedo de preguntar. Mirar, observa, revisar… Pasar por los baños, entrar a la cocina, recorrer el parque o el lugar en que estarán la o las piletas, preguntar qué actividades prevén para días de lluvia o de baja temperatura, y qué harían en caso de un accidente.

-Dejar todos nuestros datos y teléfonos extras, sobre todo si trabajamos en la calle y no tenemos celular. Esos datos son de suma importancia. Aún cuando anotemos al niños solo por quince días o un mes, la institución debe conocerlos y pedirlos.

- Mirar a los otros niños, si es que ya está funcionando la actividad. Observar sus caras: ¿están pasándola bien?, ¿se los ve a gusto?, ¿están cuidados?

Luego de haber cumplido con estos requisitos, hay un porcentaje muy bajo de que la experiencia sea negativa.

 

Grandes colonias


Si vamos a elegir una colonia a la que asistan gran cantidad de chicos, como las organizadas por entidades deportivas, tener en cuenta:

  • Cantidad de niños por grupo.
  • Modalidad de armado de los grupos (por edad u otras)
  • Calidad de la comida.
  • Cuidado de la vianda y otras pertenencias.
  • Servicio de emergencias médicas.
  • Guardavidas en la pileta.
  • Horarios de natatorio.
  • Revisación. Exigencias. Seriedad.
  • Quién cuida de los niños a la salida.
  • Traslados (seguro del micro).
  • Buscar referencias de años anteriores.
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