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Etapas del parto vaginal

Un parto vaginal normal se divide en tres etapas. ¿Qué ocurre en cada una hasta que nace el bebé?

El parto es el conjunto de fenómenos relacionados con las contracciones uterinas que progresivamente logran modificar el cuello uterino, el descenso del feto y la salida del cuerpo del bebé y de la placenta a través del canal de parto.

El parto vaginal normal se divide en tres etapas:

  1. Período dilatante.
  2. Período expulsivo.
  3. Alumbramiento.

 

 1- Período dilatante (en la práctica, conocido como trabajo de parto)


Se extiende desde el comienzo del trabajo de parto hasta la dilatación completa del cuello uterino (10 cm). Esta es la etapa más larga de las tres y en las primerizas, suele durar unas 10 horas aproximadamente. Estos tiempos se acortan en los casos de las mujeres que ya tuvieron uno o más partos.

Al comienzo, las contracciones pueden aparecer a intervalos irregulares y no suelen ser dolorosas. Las notarás porque sentirás que tu abdomen se tensa.

En estas circunstancias, no es necesario concurrir a la maternidad o al hospital a internarte, a menos que el médico te lo indique, o en el caso de que rompas la bolsa de las aguas.

Para que este proceso sea más llevadero puede ayudar: ir a caminar no muy lejos de casa, mirar una película, arreglar la ropa del bebé, descansar, darse un baño (con cuidado de no caerse) y tratar de relajarse. Preferentemente, es mejor optar por comidas livianas, mientras dure el trabajo de parto.

Tu pareja te puede ayudar a contar el tiempo entre contracciones, a relajarte y a disfrutar de este momento. Las contracciones se cuentan desde el principio de una, hasta el principio de la otra.

Es bueno intentar descansar o dormir, siempre y cuando el dolor te lo permita, ya que necesitarás energía para la próxima etapa.

Cuando las contracciones se vuelvan más intensas, dolorosas y aparezcan regularmente cada 5 minutos, alcanzando una duración de más de 30 segundos y se mantengan a lo largo de 1 hora (en el caso de las primerizas) y de 30 minutos para las multíparas, significa que ha comenzado el trabajo de parto; por lo tanto, hay que llamar al médico o la partera.

Cuando ingreses a la maternidad, la partera o enfermera te realizará un tacto para medir la dilatación que tengas en ese momento. Asimismo, verificará los cambios del cuello uterino, el cual se acorta y afina hacia el final del embarazo y/o durante el trabajo de parto. De este modo, podrá evaluar si es necesario que te quedes internada o no.

Si se tratase de una falsa alarma, seguramente te harán algunas recomendaciones para ayudarte en esta etapa, como salir a caminar un rato, etc.

A medida que el trabajo de parto avanza, las contracciones son más prolongadas, frecuentes e intensas, presentándose cada 3 ó 4 minutos. También podrás sentir dolor en la espalda y en las piernas. No dudes en pedir anestesia o calmantes si los consideras necesarios.

Cuando las contracciones son muy seguidas (cada 1 ó 2 minutos), el cuello del útero pasa de 8 a 10 cm de dilatación. En esta etapa, prácticamente no hay suficiente tiempo para relajarte entre una contracción y otra. También puedes sentir la necesidad de pujar.

 

2- Período expulsivo 


Se extiende desde que el cuello tiene su máxima dilatación (10 cm) hasta que el feto sale completamente fuera del canal de parto. En esta etapa, se agregan a la fuerza de las contracciones uterinas los pujos maternos. La penetración de la cabeza fetal en la pelvis desencadena un reflejo que lleva a la madre a comprimir sus músculos abdominales, tratando de expulsar al bebé hacia el exterior de su cuerpo. Este es un trabajo cansador para la mamá y, para que sea eficaz, debe coordinarse con la contracción uterina, pues fuera de ella, generalmente no logra su cometido. Es conveniente que previo a la contracción, la madre inspire profundamente reteniendo el aire y cerrando la boca, y luego realice fuerza en dirección a sus genitales. Para poder pasar por este canal, el bebé debe adaptarse a su forma y tamaño. Así, trata de acomodarse tomando globalmente la forma de un cilindro: acerca el mentón al pecho lo máximo posible, obligado por las contracciones que lo empujan desde arriba, y comprime las zonas blandas de la cabeza fetal.

Logrado esto, desciende de a poco en la pelvis materna y al llegar al codo del canal de parto, rota la cabeza para colocar la nuca en contacto con el pubis, se apoya sobre él y con un movimiento se distiende el periné materno exteriorizando la cabeza, luego la frente, la cara y el mentón. Cuando la cabeza distiende el periné, el obstetra evalúa si es necesario o no realizar el corte o episiotomía. Ya con la cabeza afuera, realiza un movimiento de rotación y gira para acomodar y desprender los hombros, saliendo luego el resto del cuerpo con rapidez.

Es importante relajarse durante las contracciones y poner en práctica los ejercicios de respiración aprendidos en el curso de preparación para el parto. Cuando sea el momento de pujar, sigue las instrucciones de la partera y del médico.


Tu pareja puede ayudarte a realizar los ejercicios respiratorios, darte la mano si es necesario, alentarte y contarte cuando aparece la cabecita del bebé.

 

3- Alumbramiento


La expulsión de la placenta luego del nacimiento del bebé es el último período del parto, llamado “alumbramiento”. Al nacer el niño, se realiza el corte del cordón umbilical. La placenta queda dentro del útero, que continúa contrayéndose para lograr la salida de ésta hacia el exterior, junto con el cordón y el resto de la bolsa de las aguas o membranas. Si se realizó la episiotomía, el obstetra comenzará la sutura tras la salida de la placenta.

Parto y Lactancia Parto