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El Alta o el Segundo Nacimiento del bebé prematuro

El momento del alta del bebé prematuro permite a los padres establecer una nueva relación con su hijo, similar a la que está presente en el momento del nacimiento. Por eso el alta adquiere gran importancia emotiva para los padres

El momento del alta permite a los padres establecer una nueva relación con su hijo, similar a la que está presente en el momento del nacimiento.

Por eso el alta adquiere gran importancia emotiva para los padres, en el que pueden aflorar angustias y ansiedades respecto del rol que recae sobre ellos: cuidar solos y en casa a su hijo.

Desde el punto de vista orgánico los criterios para el alta institucional están relacionados en primer lugar con las condiciones de salud del bebé:

1. Que el peso sea mayor a 2000 grs. y que se observe un aumento de peso estable durante los últimos cinco días de internación.

2. Que esté en condiciones de mantener una temperatura corporal vestido normal, en cuna, fuera de la incubadora y con 21 a 23 º C ambiental.

3. Que puedan ser amamantados en el pecho o artificialmente cada 3 o 4 horas.

4. Que no presente episodios de apnea.

5. Que presente un hematocrito no menor a 25%.

Además de evaluar los puntos citados anteriormente el equipo médico debe poner atención en cuál es el momento más adecuado para el regreso a la casa.

Es importante que se los invite a los papás a participar de algunos cuidados como: suministrarle al bebé las vitaminas, cambiar los pañales, la ropa al bebé y de la cuna, en los días previos al alta.

Además que los padres conozcan a su bebé:

  • Y puedan detectar los síntomas de estrés y prevenir su sobreestimulación, conozcan algunas posiciones que puedan favorecer el desarrollo de los bebés y a la vez maximizar los momentos de interacción.
  • Que tengan en cuenta cuál es la posición correcta para dormir: boca arriba o eventualmente de costado.
  • Que conozcan el calendario de vacunas, inmunizaciones y si fuera necesario la colocación de la vacuna antigripal a convivientes.
  • Que manejen las distintas medicaciones, fórmulas o dietas especiales aclarando en forma escrita: dosis, horarios, formas, vías de administración, tiempo de duración y así también los efectos colaterales que pudieran aparecer.
  • Signos y síntomas frecuentes que pueden aparecer y la conducta a seguir, por ejemplo que la temperatura axilar sea mayor a 37º y menor de 36º C.

Los padres deben conocer las precauciones para disminuir el riesgo de enfermedad respiratoria.

Los niños de alto riesgo tienen una mayor predisposición para contraer enfermedades respiratorias, particularmente en el primer año de vida, en épocas epidémicas (de abril a septiembre) y especialmente en presencia de enfermedades pulmonares crónicas: Ej. displasia bronco-pulmonar (DBP).

Existe una alta incidencia de enfermedades de vías respiratorias bajas con mayor incidencia de bronco-espasmo y neumonía, sobre todo en los prematuros. Esto requerirá medicación nueva o adicional, oxígeno o incluso, re-hospitalización.

El riesgo de re-hospitalización aumenta a medida que disminuye el peso al nacer. En aquellos RN con PN menor o igual a 1500g es de 33 a 38% en el primer año de vida. Algunas son debidas a secuelas de prematurez o infecciones agudas pero el medio socioeconómico es uno de los factores que más influyen. Los padres no deben considerar una re-hospitalización como fracaso de sus cuidados. El riesgo disminuye con el crecimiento del niño.

Y ser alentados a minimizar la exposición a infecciones:

  • No permitir grandes grupos de personas en el medio que rodea al bebé.Limitar el número de personas que lo cuidan.
  • Lavarse las manos antes y después de sostener al niño.
  • Evitar el contacto con personas afectadas por enfermedades respiratorias o gastrointestinales.Los niños pequeños que asisten a escuelas son frecuentemente afectados por enfermedades virales. Por esta razón no se recomienda la asistencia a jardines maternales de los niños de alto riesgo durante los primeros 6 a 12 meses luego del alta.
  • Evitar la exposición al humo de cigarrillo.
  • Promover el amamantamiento, aún cuando el bebé no haya recibido leche humana durante la internación.
  • Evitar el contacto con animales domésticos.

La experiencia desarrollada día a día por los padres en atender personalmente al bebé o en aprender a captar las señales de pedido y de respuesta con la ayuda de los médicos y de las enfermeras, las charlas con los otros papás los van preparando para el alta.

Cuando están dadas las condiciones para que el niño sea dado de alta y que la familia esté preparada para recibirlo, el equipo médico programa con anticipación el alta.

En ese momento el equipo profesional debe sugerirle a los padres algunas pautas sobre la crianza: como la higiene, patrones de sueño, vestimenta, juegos, salidas y viajes que un niño de alto riesgo requiere, como así también la adecuación del medio ambiente del hogar.

Los papás deben exponer todas sus dudas y sentirse seguros para llevar el niño a la casa. Además deben tener anotado a donde dirigirse y con quienes comunicarse en caso de dudas o urgencias: tener a mano nombres, apellidos, teléfonos y direcciones.

Se fija entonces el control de seguimiento ambulatorio post-alta, que será definido por el equipo médico de acuerdo a las necesidades de cada niño, a fin de evaluar la persistencia o no de riesgos e implementar acciones, en el caso que fuera necesario, que permitan obtener buenos resultados para su desarrollo.

Se redacta un resumen de historia clínica bastante detallada sobre el período de internación del niño, informe necesario para el pediatra de cabecera que luego lo tomará a cargo y una copia para los padres.

En la primera visita se verifica el estado de salud del niño, se evalúa la adaptación al ambiente hogareño y responder las dudas de los papás. Por lo que es conveniente que la citación sea de 1 a 5 días luego del alta de internación y luego de acuerdo a sus necesidades presentando un segundo control de 7 a 10 días luego del alta y un tercero 2 semanas después.

Las controles posteriores, durante el primer año de vida, deben ser mensuales a menos que por las necesidades del niño se exijan controles más frecuentes.

Además el equipo de seguimiento fijará las inter-consultas a los especialistas (oftalmólogo, traumatólogo, fonoaudiólogo, etc.) o exámenes complementarios como: oftalmológico, audiológico, hemograma, ecografía cerebral, control neurológico si fuera necesario.

Luego, del primero al segundo año de vida pueden programarse controles trimestrales y posteriormente cada 6 meses hasta cumplir 4 años.

Después se debe realizar como mínimo un control anual hasta el egreso escolar.

Los papás deben solicitar a los médicos que les explique el concepto edad corregida y que de esta forma no se desalienten al comparar a su hijo con otros niños, al leer textos sobre el desarrollo de los bebés o si es juzgado por su edad cronológica.

 

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