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Maternidad: no es como me contaron.

Tal vez te esté pasando, porque con la noticia del embarazo y las dos rayitas te llegaron otras cosas más que la emoción, y no todas felices. Tal vez porque junto con el bebé en la sala de partos, te entregaron tareas que no habías imaginado.

Tal vez te esté pasando, porque con la noticia del embarazo y las dos rayitas te llegaron algunas otras cosas más que la emoción, y no todas felices.

Tal vez porque junto con el bebé en la sala de partos, te entregaron también un montón de tareas y de cansancio, y de sentimientos que no habías imaginado jamás.

De cualquier manera hacerse a la idea de que lo bueno de hacerse madre tiene incluido- y por el mismo precio- aspectos negativos que nos sorprenden, es parte del asunto.

No para todo el mundo es fácil aceptar que la realidad poco tiene de ese mundo ficcional que nos muestran los de afuera, o que imaginamos de puro soñadoras que podemos llegar a ser.

Quizás  no hayas entendido de qué estoy hablando, pero si algo de esta sensación te rozó al menos por un segundo, entenderás perfectamente a qué me refiero cuando digo que lo que estás viviendo NO ES como te habían contado.

Habría que pensar por qué elegimos muchas veces quedarnos sólo con la imaginación y la parte IDEAL de la experiencia.

Si tenemos ganas podemos, al menos sospechar que nada es nunca sólo como lo imaginamos y que lo IDEAL no existe en la realidad.

La realidad es la única manera que tenemos de lograr hacernos mujeres- mamás, en la materia que permite que el bebé sea un bebé de carne y hueso, que la panza deje de ser ese almohadón que solemos ponernos de niñas para emular un embarazo y sea una parte de nosotras que palpita, que se pone dura que nos cambia el equilibrio.

La realidad tiene otras aristas y esas aristas a veces pueden resultar filosas o incluso amenazar con lastimarnos.

Ser una mamá no es sólo salir a lucir la panza por la calle...ser una mamá no es sólo tener un bebé hermoso que todos se den vuelta para admirar.

A veces es otra cosa, pasan otras cosas... y nada es tan rosado como lo pintan por ahí. No hay que asustarse.

Hay que expresarse con los que nos rodean, comunicarse, pedir ayuda si lo creés necesario.

Hay que animarse a vivirlo como sea, con el ánimo más sensible o el cuerpo diferente, con malestares que a veces no son muy agradables o el bebé con la primera tos.

En fin, hacerse mamá no tienen nada que ver con parecerse a las otras mujeres que tienen hijos, hacerse mamá será durante el embarazo y la crianza un desafío cotidiano que nos permitirá crecer si es que nos animamos a aceptarlo!

Crianza, familia y educación Mujer, pareja y familia Postparto y puerperio