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Su inocencia me ilumina

Mamá se va a trabajar y papá trabaja en casa. Estas son las divertidas historias de aprendizaje de un padre y su hija. Hoy: Su inocencia me ilumina".

...cuando mi hija me enseña con el mismo manual con el que la educo!...

Nos fuimos a visitar a los abuelos unos días con mi hija mientras mi esposa acompañaba a su madre en el hospital. Al otro día, mi esposa vuelve a casa para buscar material de lectura y se encontró con la casa totalmente revuelta. Arrancaron las rejas, luego de tomarse el tiempo de picar y agujerear las paredes.

Llegamos a las pocas horas mientras la policía científica tomaba huellas y sacaba fotos a lo que quedó, así que hicimos tiempo en la vereda con su triciclo. Como se llevaron casi todo lo que funcionaba con baterías o electricidad, no tenía con qué entretener a mi hija. Necesitaba que se quedara sentada y tranquila para empezar a ordenar un poco mientras mi esposa volvía a la comisaría para seguir con la denuncia.

Cuando entramos me dice: ¡Papá, está sucio! mirándome y apuntando al piso. Como no sabía que responderle, ella toma la iniciativa y empieza a cantar ¡A guardar, a guardar! al son de sus mini aplausos. Con la sonrisa que me había robado y una lágrima atrapada entre las pestañas de mi ojo derecho, la llevo hasta la cocina, hacemos rápido unos pochoclos/oliva/estevia y la siento relamiéndose en su sillita frente a una montañita de pororó.

Para ella fue un día de fiesta, más tarde vinieron sus tíos, su primo preferido, su abuelo y gente nueva con herramientas. Al rato, se dio cuenta que no queríamos que viera cómo había quedado su ventanal preferido, por donde todos los días mira pasar los aviones por el cielo, busca la luna, se emociona con los pájaros que toman sol sobre la reja y por donde sale a jugar al jardín.

En un descuido se escabulle por entre las piernas del tío para curiosear de dónde salían las luces misteriosas (de la soldadora). Se queda atónita ante el espectáculo, me mira fijo y señalando con vos compungida dice: ¡Se rompió! y se escapa corriendo hacia adentro.

La encuentro sacando mi caja de herramientas del bajo mesada, la abre y saca un martillo, la pico de loro y el destornillador de mango rojo. Se acerca con todas las herramientas apoyadas contra el pecho, las deja cerca en mis pies, me agarra de la mano, me dice con un movimiento de ojos que las agarre yo y me lleva hacia su reja rota.

El lío se ordena, lo roto se repara y su inocencia me ilumina...

Pd: Algo espantó a los ladrones, que se fueron antes de terminar por completo su "trabajo". Entre las pocas cosas que dejaron acomodadas para llevarse después, estaba la mochilita de mi hija con las monedas de su alcancía y un fajo de dinero de juguete que regalan en un museo para niños, que ella, con toda su inocencia, atesora.

*Del Blog "Un día normal de un padre y su hija": Mamá se va a trabajar y papá trabaja en casa. Estas son las divertidas historias de aprendizaje de un padre y su hija.

Bebés Niños El papá y el bebé Rol paterno